Una de esas incorporaciones es el sistema Rock-Trac, que permite circular con la tracción en las cuatro ruedas sobre pavimentos o sea en carretera, con mucha adherencia, gracias a la utilización por primera vez en la marca de un diferencial central, que permite que las ruedas giren en las curvas de distinta manera en cada eje, no solidariamente como en versiones anteriores. Desde la palanca de la caja de transferencias el conductor puede elegir circular con tracción trasera, con tracción total permanente o con tracción total con el diferencial bloqueado, con o sin reductora.
Circulando con tracción trasera, por carretera, que es lo más lógico para contener el consumo, el Wrangler resulta un tanto indeciso, es decir, que debido a la también lógica suspensión con recorridos largos, para así superar sin problemas los obstáculos más difíciles, hay que rectificar con cierta frecuencia la dirección con pequeños toques de volante. De todas formas, mantener una velocidad en carreteras despejadas de 120/130 km/h no plantea problemas salvo esas pequeñas rectificaciones, ya que los frenos están a la altura del coche a pesar de su peso considerable que ronda las dos toneladas. Fuera de la carretera el Wrangler se muestra como pez en el agua, pocos, pero que muy pocos vehículos son tan eficaces. Además del sistema Rock-Trac y de la reductora, el Wrangler Rubicon cuenta con el bloqueo de los diferenciales delantero y trasero, sistema Tru-Lock y la desconexión electrónica de la barra estabilizadora delantera, que permite aumentar el recorrido de las ruedas. También contribuye a esa eficacia offroad incomparable, el disponer de un chasis de doble viga de acero de alta resistencia, fuertes refuerzos en las cajas de transferencias, piñones, control de descenso, etc. Ello no significa que sea un vehículo torpe debido a un elevado peso, ya que se complementa ese empleo de piezas de acero de alta resistencia, con el uso de aluminio en la carrocería, como así es en las puertas, parachoques, capó, etc. En definitiva, un conjunto robusto y dispuesto a superar los obstáculos o terrenos más difíciles e increíbles, ahora bien, para sacar todo el partido a un vehículo tan especial hay que ser un verdadero experto, un aficionado, como podemos ser nosotros, nos conformaremos con acceder a lugares que no hubiéramos imaginado a los que llegaríamos en coche, pues tanto los ángulos de ataque, delanteros y traseros, como la altura con respecto al suelo lo permiten sobradamente.
La versión probada montaba un motor diésel de 2.184 c.c., capaz de ofrecer 200 CV de potencia y un par de 450 Nm a 2.000 r.p.m. Un moderno motor, todo de aluminio con dos árboles de levas en culata, inyección directa common rail, turbo de geometría variable, intercooler….Su funcionamiento no es que se pueda decir que es suave y silencioso, pues en velocidades cortas se deja oir bastante en el habitáculo, pero no transmite vibraciones y una vez lanzado su rumorosidad desciende bastante, llegando a oírse más la correspondiente a la rodadura de los neumáticos de tacos. La velocidad máxima es de 185 km/h, aunque, como hemos dicho no es un coche para ir de “carreras”, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h se sitúa en los 9,6 segundos, que en proporción en más brillante, lo que da idea de la eficacia motriz. Por su parte, el consumo medio se cifra en 9,4 litros, que se puede calificar de “normal” en un coche de estas características, con parte del recorrido en carretera y fuera de ella, por que si la utilización “campera” es más intensiva lógicamente el consumo sube, lo que no supone un impedimento para disfrutar de la aventura que puede proporcionar el coche.
El motor dispone también del sistema Star&Stop, lo que siempre supone un ahorro en la utilización por ciudad en la que sorprendentemente se maneja muy bien. Acompañando a esta motorización encontramos una caja de cambios de 8 velocidades que ofrece un funcionamiento tan eficaz como la mayoría de los parámetros del coche. Las velocidades se engranan con suavidad y reacciona muy rápidamente a los requerimientos del acelerador. Es de destacar que para una posible utilización manual no se dispone de levas tras el volante y solo se puede manejar desde la palanca de cambios. La dirección de recirculación de bolas, se muestra un tanto imprecisa en carretera, como hemos señalado, pero en el campo se muestra ágil y eficaz.
Exteriormente el Wrangler sigue manteniendo el aspecto inconfundible de los Jeep, la parrilla de siete ranuras, los faros redondos, aunque en este caso tienen dentro la línea de la tecnología leds, los pasos de rueda trapezoidales, parabrisas plegable, las bisagras en el exterior, los cerrojos del capo también están en la superficie, puertas son desmontables y en el caso de la unidad probada con un techo rígido también es desmontable, en cuyo caso queda la barra antivuelco al descubierto. Como datos personales del modelo señalemos que las siete ranuras, como el testo de la parrilla frontal, en su parte superior tienen una ligera inclinación hacia atrás para mejorar la aerodinámica, así mismo el sólido paragolpes delantero es muy prominente, tanto que se puede sentar uno en él, posiblemente para poder alojar el motor de un winch de rescate (Cabrestante eléctrico). En él se sitúan los faros antiniebla también con tecnología led. Los mencionados pasos de rueda están protegidos por prominentes guardabarros sintéticos, destacando que en la parte frontal del delantero se encuentran los intermitentes también de leds.
El citado techo rígido modular, de color negro, denominado Freedom Top, presenta una estructura de tres piezas fácil de usar y se ha mejorado con la introducción de paneles más ligeros y pestillos mejorados que permiten un desmontaje y montaje más rápido. Las llantas exclusivas de aluminio son de 18". La vertical parte trasera luce unos grupos ópticos cuadrados de leds, situados en el extremo de la carrocería, para así permitir la apertura de la parte baja del portón que contiene la rueda de repuesto y la tercera luz del freno, mientras que la luneta tiene su propia apertura ya que al formar parte del techo rígido desaparecería en caso de desmontaje. En definitiva, un exterior Jeep, se mire por donde se mire.
El interior del Wrangler es quizás la parte que más ha evolucionado en beneficio del confort y la funcionalidad. Si bien el salpicadero continúa siendo muy horizontal, en el se han incorporado la mayoría de las innovaciones para ofrecer, sobre todo al conductor, la información necesaria en lo que se refiere a la conducción propiamente dicha y el infoentretenimiento. De entrada observamos que ese lineal salpicadero es ahora de color rojo en esta versión, independientemente del color de la carrocería. En él se incrustan sin apenas relieve todos los elementos que lo conforman. Así el moderno cuadro también tiene esta disposición, careciendo de la típica visera, aunque ello no perjudica en absoluto la perfecta visión sobre los datos que ofrece. Esta compuesto por dos grandes relojes para cuentavueltas y velocímetro, separados por una pantalla que ofrece las distintas informaciones que el conductor seleccione, incluida la siempre útil velocidad a la que se circula. La pantalla táctil multifunción, igualmente sin apenas relieve, al igual que las redondas salidas de aire, es de fácil manejo y ofrece un alto nivel de funcionalidades. Bajo ella se encuentran los mandos del climatizador con múltiples opciones y más abajo, de forma un tanto incómoda los interruptores de los elevalunas eléctricos, pero claro, hay que tener en cuenta que en las puertas desmontables no podrían ir instalados. Los asientos delanteros resultan confortables y sujetan suficientemente el cuerpo, mientras que el trasero al ser más reducido por los pasos de rueda, evidentemente no tiene el mismo nivel de confort. Varios útiles huecos porta objetos se distribuyen por el habitáculo que, sin ofrecer un especial lujo, si puede presumir de tener un toque de aventura y cierta clase única.