En cuanto a la vida fuera de nuestras casas, este acontecimiento ha hecho indispensable analizar algunos aspectos del Plan de Calidad del Aire, así como realizar acciones para que este problema de deterioro ambiental no vaya a niveles más graves.
Acciones en Madrid
El Ayuntamiento de la capital española está recibiendo la presión de la UE para que reduzca la producción de contaminantes y que siga aplicando “Madrid Central” para mejorar la calidad del aire y la salud de los habitantes.
Sin duda Madrid Central ha tenido un alto impacto social.
En la actualidad existen varios escenarios posibles para no afectar a un mayor tráfico de movilidad de los ciudadanos, como es, por ejemplo, reducir el área de aplicación y ponerlo en marcha solo dependiendo de la temporada o que no se aplique las 24 horas del día, sino solo cuando hay mayor circulación de vehículos.
Sean cuales sean las acciones, el objetivo debe responder a mejorar la calidad del aire en una mayor zona.
Tráfico vehicular, el gran contaminante
El tráfico automotor ocupa el primer lugar en cuanto a emisores de contaminantes del aire. No es para menos, pues cada día circulan por las calles alrededor de dos millones y medio de vehículos. Los números más alarmantes se presentan entre el otoño y el invierno, debido a los requerimientos térmicos.
La posición geográfica de Madrid en el centro de España la convierten en punto de circulación vehicular norte-sur y este-oeste, además de varias rutas europeas y del norte africano.
Ante tal panorama, la calidad del aire se ve afectada. Por tal motivo, se presentan varias opciones que reviertan esta situación, como construir aparcamientos disuasorios que mejoren la conexión de las personas desde las periferias al área metropolitana.
Impacto de las calderas
Si bien el tráfico de coches contamina el aire enormemente, los sistemas de calefacción y enfriamiento también tienen un impacto que no puede pasarse por alto, ya que el 20 % de la contaminación procede de ello.
Madrid cuenta con 500 calderas (200 en Madrid Central) que funcionan con carbón como combustible, por lo que anualmente se queman unas 25.000 toneladas de carbón, que producen el doble de dióxido de carbono en comparación con el gas natural, además de una cantidad superior de dióxido de azufre y óxido de nitrógeno.
Sumado a esto existen, unas 5.000 calderas que funcionan con gasóleo. Los planes gubernamentales deberían apuntar a cambiar las calderas de carbón por otras que empleen combustibles más amigables con el ambiente.
Riesgos para la salud
Según una gran cantidad de estudios, los científicos observan un vínculo entre la contaminación del aire, la mortalidad, el cáncer y otras enfermedades a corto y largo plazo más o menos graves.
Tres órganos se ven afectados principalmente por la contaminación del aire: los pulmones, esto hace que incremente la enfermedad respiratoria, alergias y asma, entre otras; el corazón, la contaminación puede provocar problemas cardíacos e infarto de miocardio; y el cerebro, ya que este fenómeno puede causar un problema neurológico o accidente cerebrovascular.
En caso de que no se mejoren los índices de contaminación del aire, Madrid podría recibir sanciones de la Comisión Europea. En este sentido, el Gobierno municipal está obligado a proponer salidas que mejoren la calidad del aire sin interferir en la vida de los ciudadanos.