Las bolsas europeas se han dejado llevar por la euforia y han subido con fuerza. El Ibex ha subido un 1,85% (hasta los 9.273 puntos), acumulando un 3,4% en toda la semana. En el resto de Europa se han visto avances del 2,84% en Fráncfort, del 1,73% en París y del 0,81% en Londres.
El acercamiento más aplaudido ha sido el del Brexit, ya que Reino Unido habría hecho un nuevo planteamiento a la U.E. y vuelve a abrirse la esperanza de un acuerdo amistoso en la cumbre de la próxima semana. Por lo pronto, la libra esterlina ha recuperado en apenas dos días todo lo perdidos en los cuatro meses anteriores, y las empresas europeas con mayores intereses en el país han escalado con fuerza. Es el caso de la aerolínea IAG y de Banco Sabadell, que han subido un 10,6% y un 6,1% respectivamente.
También hay ilusión por las negociaciones entre China y EE.UU. en Washington, donde todos coinciden en afirmar que están yendo mejor de lo esperado. Las bolsas de Wall Street suben cerca de un 1,5o% a unas horas del cierre, con el S&P rozando los 3.000 puntos.
El mayor entusiasmo del Ibex ha venido protagonizado por valores cíclicos como los vinculados a las materias primas (Ence +4,70%, Arcelor +5,84%...) y por el sector bancario, con los dos grandes BBVA y Santander superando el 4% de avance. Al otro lado de la clasificación se han visto valores defensivos, a Mediaset (+0,91%) y a dos compañías que están poniendo fin a un rally espectacular: Masmovil (-1,44%) y Cellnex (-6,35%); esta última como consecuencia de la macroampliación de capital que ha anunciado.
El único punto negativo de la jornada ha sido la escalada de la tensión en el Mar Rojo, donde se ha producido una explosión de un petrolero iraní que ha hecho dispararse al petróleo cerca de un 2%. Los medios iraníes hablan de un misil disparado desde tierras saudíes, en un momento en el que las relaciones diplomáticas entre ambos países no atraviesan su mejor momento. Desde EE.UU. están estudiando la movilización de tropas a la zona.
Como suele suceder en estas sesiones pro-riesgo, el dinero que ha ido a parar al mercado de acciones provenía del de renta fija y de activos refugio como el oro. El metal precioso se ha depreciado un 1% y el dólar ha perdido brillo hasta el punto de ver al euro en su nivel más alto de las últimas tres semanas frente al billete verde (1,105). Las rentabilidades de los bonos han escalado hasta el 0,23% en el caso del español y hasta el -0,43% en el caso alemán.