Por último, los signos de estabilización del sector manufacturero del pasado mes de octubre parece que no constituyen una tendencia, especialmente debido a que el sector servicios, que presentaba gran resistencia, ahora parece un poco más propenso a la actual recesión industrial. De tal modo que seguimos manteniendo un escenario de desaceleración global.
Además de estos factores y de las incertidumbres políticas, hay que recordar que los márgenes empresariales a ambos lados del Atlántico se encuentran bajo presión, debido, principalmente a las presiones salariales. Esto proporciona cierta visibilidad sobre el gasto de los consumidores, pero dificulta la previsión de los datos de inversión y creación de empleo, hasta el punto de que coloca el ciclo firmemente en una tendencia a la baja. En nuestra opinión, los movimientos del mercado en octubre se debieron más a que los inversores reposicionaron sus carteras para alejarse de la fuerte exposición a los sectores defensivos y a la duración de sus dictados más que a la modificación su escenario. Con este telón de fondo, seguimos algo cautelosos en nuestra asignación de activos.
Ahora que el riesgo político de Reino Unido ha seguido el ejemplo de Italia y se ha relajado, hemos aumentado nuestra posición en la renta variable europea. El riesgo político había llevado a los inversores internacionales a infraponderar fuertemente la renta variable europea, por lo que ahora podrían haberse puesto al día.