El nuevo AMG GT S Roadster se incorpora a la gama de vehículos AMG como modelo de acceso entre los Roadsters de AMG GT disponibles en el mercado español. En comparación con el AMG GT Roadster, no disponible para este mercado, el AMG GT S Roadster se vuelve aún más dinámico por numerosas modificaciones en el motor, la suspensión, los frenos, el diseño y el interior. Por encima del AMG GT S Roadster se sitúan las dos variantes más prestacionales: el AMG GT C Roadster y el AMG GT R Roadster.
Unidad de potencia poderosa para una velocidad máxima de más de 300 km/h.
El motor V8 biturbo AMG 4.0 litros montado en el AMG GT S Roadster ofrece una potencia de 522 CV y un par máximo de 670 Nm. Está disponible en un amplio rango de revoluciones del motor que va desde las 1.900 a 5.000 rpm. La unidad de potencia de ocho cilindros ofrece un rendimiento contundente en todos los rangos de revoluciones del motor, combinado con una alta eficiencia para un bajo consumo de combustible y niveles de emisiones. Un sprint desde parado hasta alcanzar los 100 km/h se realiza en 3,8 segundos a los mandos de este descapotable, con una entrega de potencia capaz de propulsarlo hasta una velocidad máxima de 308 km/h.
Los dos turbocompresores del V8 no están ubicados en el exterior de las dos bancadas de cilindros, sino en el interior de la "V" que forman. Ventajas: un diseño de motor compacto, respuesta espontánea de los turbocompresores y bajas emisiones de escape gracias al flujo de aire óptimo hacia los catalizadores cercanos al motor. La lubricación mediante cárter seco también asegura el suministro de aceite incluso con fuerzas laterales altas y permite que el motor se instale más bajo, situando así el centro de gravedad más cerca de la carretera mejorando la estabilidad.
La transferencia de potencia se basa en la combinación de un motor central delantero y la transmisión deportiva AMG SPEEDSHIFT DCT 7G situada en el eje trasero y conectada con el motor mediante un tubo de torsión de alta rigidez. La distribución del peso es ideal para una conducción dinámica óptima con un reparto del 47 % en el eje delantero y 53 % en el trasero.