La realidad virtual consiste en una tecnología que permite sumergir al usuario en entornos artificiales muy realistas, a través del empleo de gafas u otros accesorios especiales. Se trata de una inmersión sensorial en un mundo virtual, basado en entornos reales o ficticiosdel que puedes formar parte e, incluso, ser el protagonista. Esta tecnología aplicada al marketing es, a día de hoy, la mejor forma de impactaral consumidor y separarnos de la publicidad tradicional.
La principal razón por la que las marcas aplican el VR, es generar y agregar valor al cliente para que su interés en la marca siempre esté presente, pues estas logran tener mayor visibilidad, accediendo con mayor facilidad e impacto a sus clientes potenciales. Empresas como Moinsa, consciente de la evolución en el mundo de la tecnología y nuevas plataformas y como experta en diseño de espacios de venta atractivos basados en las últimas tendencias, se une al uso de la realidad virtual, proporcionando una nueva experiencia atractiva para el usuario.
Moinsa utiliza la Realidad Virtual para mostrar a sus clientes potenciales, los escenarios de distintos espacios -tiendas, hoteles, restaurantes, oficinas, etc.-, para mostrar las posibilidades que ofrece mientras simula que está paseando, explorando todo un entorno visualmente llamativo y observando un producto desde múltiples ángulos de acuerdo a su preferencia. Además ofrece la posibilidad de interactuar con el artículo, de manera que puedes tocar el producto y ampliar información sobre materiales, acabados, colores, etc.
Asimismo, la empresa ofrece experiencias a los consumidores finales, como la posibilidad de viajar a otros lugares del mundo mientras espera, por ejemplo, en la recepción de un hotel. Con las gafas de VR se recrean ambientes sostenibles como un bosque, o paradisíacos como una playa, transportándolo a un escenario donde disfrutar paseando por la naturaleza. Una idea que aporta un valor añadido y te diferencia de la competencia mejorando siempre la experiencia de los consumidores. Además, el cliente puede estar inmerso en acciones específicas para probar un producto o servicio, por ejemplo, en una tienda de ropa tiene la posibilidad de probarse las prendas y, al ponerse las gafas, trasladarse a un concierto de música o una cena, según la ropa que vayan a comprar.
María José Domínguez, del departamento de Marketing de Moinsa, declara que “la satisfacción de nuestros clientes va más allá de cubrir sus necesidades. Nuestro objetivo es aportar soluciones que ayuden al cliente dando un paso al frente y ofreciendo mucha más información visual antes de que este realice su compra, algo mejora sustancialmente su experiencia a la hora de realizar negocios y favorece su confianza”.