Se acabó el finger food. Los platos ganan en amplitud pero continúan livianos. Bajo el título Tradición milenaria, aparecen cuatro que recrean recetas históricas del mar como el caldero marinero de barca; la sopa de ajo y cocochas de bacalao, donde la sopa es colágeno de la cococha y sopa de ajo tradicional emulsionada; el arroz meloso de erizos, anémonas, mejillones y uva de mar, o la espardeñá de pollo, vieira y tubérculos, un mar y montaña típico de la Albufera que incide en valencianidad con un caldo de all-i-pebre picante que emociona.
Las carnes aparecen cuando toca, al final del menú, y no en la proporción en la que reina el pescado. Calpe es Levante y calor, aún en temporadas supuestamente frías, por lo que los platos contundentes no tienen tanta cabida. Sí las carnes, aunque en su justa medida. Coherencia. Son el capuchino de setas con pichón salvaje y la pechuga de pato coll vert de la Albufera con colinabo, un plato que el servicio de sala presenta como “los phoskitos” al jugar al trampantojo con tan conocido snack infantil.
Los dulces también siguen la línea del menú y aparecen cual petit fours con guiños locales. El Herberet y el Arnadí repiten del anterior menú, a los que se unen El Pastisset de dátil, la versión de Soler de un clásico “pastiset de boniato”; el Plisplay, el licor de café con limón típico de Alcoy, o el fondillón, pasas, algarroba y levadura. El Sol de invierno
Al estar divididos por conceptos, los 24 platos no demoran la experiencia más de lo esperado. Ayudará al propósito el servicio de sala, liderado por el jefe de sala y sumiller César Hernández. Guiará el recorrido por la Comunidad sin molestar, llenándote la copa si gustas de una elección de vinos eminentemente valencianos. La bodega cuenta con 200 referencias locales, entre ellas, por ejemplo, el primer vino de hielo de la Marina Alta, la comarca de Calpe.
Audrey’s completa su carta de “valencianidad” por complementos. El soporte de los petit fours o el recipiente de los azucarillos del café están diseños por el artista de Jávea Toni Marí; la escultura del centro de mesa, por el valenciano Quico Torres, o el recipiente para dejar los corchos de las botellas y el soporte de la coca de Dacsa, por el colectivo de Dénia Balikypopoy. Todas las cucharas empradas, todas diferentes, están inspiradas en las tradicionales de la zona para comer paella.
Rafa Soler
Rafa Soler (Valencia, 1979) comenzó su andadura en la profesión como primero de la promoción del CDT de Denia. Buen inicio. Tras los estudios, trabajó mano a mano con su padre en el restaurante familiar (Villa da Vinci, Moraira), que situó en el circuito gastronómico estatal. Después, comenzó su peregrinaje para aprender de producto con los mejores recalando dos años en Martín Berasategui (Martín Berasategui, Lasarte), uno en Drolma (Fermín Puig, Barcelona) y otros dos en L’Atelier (París) de Joël Robuchon, al que considera su mentor.
De vuelta a España monta Joël Bistronómico en Dénia, donde consigue ser designado Cocinero Revelación de la comunidad valenciana 2011, Restaurante Revelación de la Comunidad Valenciana 2011 y Mejor Restaurante de Tapas de España en el Congreso Lo Mejor de la Gastronomía 2010. Tras Joël Bistronómico, monta en 2012 el primer restaurante oculto de España, en el ático de una tienda de interiorismo de lujo de su ciudad. Lo llama Aticoock Joël. Por cierto, menos en uno, el nombre de todos los negocios que ha montado contiene la palabra Joël. Sí, por el chef, y por ser el nombre de su hijo.
En 2014, a propuesta del legendario chef francés, lo ficha el grupo hotelero AR Hotels & Resorts y monta Audrey’s en el hotel AR Diamante Beach que logra el título de Mejor Restaurante de Lujo de Hotel de Europa en 2017, además de una estrella Michelin (2017) y un sol Repsol (2018).
Soler es también ideólogo y director del Concurso de la Gamba Roja de Dénia y director del Concurso de la Uva Moscatel de Teulada (Alicante).
AR Diamante Beach, Spa & Convention Centre
Audrey’s está ubicado en la primera planta del Hotel AR Diamante Beach, Spa & Convention Centre****s de Calpe, perteneciente a la cadena AR Hotels & Resorts que también gestiona el recientemente premiado por Michelin restaurante Beat de la misma localidad. Cuenta con numerosas distinciones a la excelencia (Mejor Hotel de Playa del Mediterráneo y de España y Mejor Hotel de Eventos y Convenciones en la XXIV edición de los World Travel Awards, Mejor Hotel de Eventos y Convenciones de Europa 2014 por la guía Condé Nast Johansens…) y una lista de servicios que lo convierten en la mejor opción de la Costa Blanca.
Dispone de 283 habitaciones, 29 de ellas comunicadas, todas ellas equipadas, con la posibilidad de disfrutar de las habitaciones Supreme que destacan por sus servicios incluidos y su decoración (vista mar asegurada en planta alta, cama matrimonio, cafetera Nespresso en la habitación, prensa diaria, etc.). Un completo Business Centre -con un gran salón de actos y varios salones con distintas capacidades-, tres piscinas exteriores y un programa de animación y gastronomía para niños en temporada alta son otras de las ventajas del complejo.
Otra más, quizá la más demandada, es su spa de 2.000m2 galardonado en los Luxury SPA Awards, que ofrece una piscina con jets subacuáticos, cascadas, cuellos de cisne, duchas de contraste, sauna finlandesa, baño de vapor, terma, jacuzzi, fuente de hielo, pileta de inmersión de agua fría, pasillo de cantos rodados o pediluvio. Se completa con una zona de relajación con acceso al buffet de aguas de sabores con multitud de propiedades y un centro de fitness.