Por lo que se refiere a las relaciones con la Administración, éstas también han mejorado mucho. De aquel funcionario malhumorado que te cerraba la ventanilla en la cara, porque se iba a desayunar, y había que esperarle de pie para no perder el turno, hemos pasado a ser atendidos en salas de espera, generalmente, bien acondicionadas y equipadas con pantallas que van indicando a los usuarios cuándo les atenderán y a qué mesa han de dirigirse. Los jóvenes es posible que no aprecien estas comodidades, están acostumbrados a ellas, pero los que tenemos cierta edad lo hacemos mucho.
Un sistema de cita previa, según podemos leer en la web del Centro de Transferencia de Tecnología, dependiente del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, desde el punto de vista técnico “consta de dos aplicaciones:
Dicho así parece sencillo, pero la inversión en programación y en estructura informática es muy importante. No me estoy refiriendo al ordenador que cada funcionario tiene en su mesa, sino a todo el equipamiento y tecnología que no vemos. Para que se hagan una idea, tan solo en 2017 la Agencia Tributaria recibió más de 2,2 millones de solicitudes de cita previa exclusivamente para la campaña de IRPF.
Para casi todo es necesario ya pedir cita previa. Otra cosa es que esté bien explicado, así que mucha gente termina dándose un paseo en balde a la dependencia de turno, y allí le dicen que tenía que haber pedido la cita por Internet o por teléfono. Si nos pasa esto, lo mejor es intentar que en la misma recepción nos citen para otro día.
Para saber dónde es imprescindible pedir cita previa tenemos dos opciones: