La compañía ha logrado este impresionante hito tras varios años de estrecho trabajo con la empresa gallega Gaerum, su socio tecnológico en el proyecto.
Indra cumple de este modo con los plazos y compromisos asumidos para el desarrollo de su Aeronave Opcionalmente Tripulada (OPV), uno de los proyectos clave que aborda dentro de la Civil UAVsInitiative, la ambiciosa propuesta con la que la Xunta de Galicia, a través de la Agencia Gallega de Innovación (GAIN), quiere convertir la región en referente internacional del sector.
Se trata de la primera vez que un Avión Opcionalmente Tripulado (OPV) de 1,25 toneladas y fabricación española logra un permiso este tipo para volar.
Las primeras pruebas comenzarán de forma inmediata y tendrán como objetivo comprobar que las modificaciones y sistema instalados en el avión no alteran su comportamiento en vuelo.
A partir del próximo mes de abril, darán inicio las pruebas de vuelo en remoto, que se extenderán durante un año. En ellas, el piloto en cabina cederá el mando al centro de control en tierra y solo intervendrá en caso de incidencia yen los momentos críticos del aterrizaje y despegue.
Ingeniería avanzada y pruebas
Los requisitos de seguridad en la industria aeronáutica son extremadamente exigentes y, por este motivo, Indra y su socio Gaerum han tenido que superar un complejo proceso de pruebas y tests, completamente nuevo, antes de obtener esta certificación de las autoridades aeronáuticas. Algunos de los trabajos realizados para lograrlo han requerido:
Un elemento innovador que se ha empleado intensivamente en este proceso ha sido la simulación de la aeronave y de todos sus sistemas para poder validar las decisiones de diseño y ejecutar pruebas sin necesidad de volar.
Esto ha permitido validar el comportamiento de la aeronave a lo largo de una misión simulada completa, desde el despegue hasta el aterrizaje. Se han minimizando de esta forma riesgos y se ha reforzado la seguridad, ahorrando costes.