En la apertura, Alberto Zoilo Álvarez, presidente de ADEFAM, resaltó “la importancia del gobierno de la empresa familiar por ser una herramienta muy útil en el desarrollo del propio negocio y en la gestión de las relaciones de la empresa con la familia, cuestión vital para la continuidad de nuestras compañías.”
La cita contó con la participación de empresarios como Inés Juste, presidenta de Grupo Juste; Antonio Cubo, consejero delegado de Afar4; y Raúl Lozano, presidente ejecutivo de Redur. Todos ellos coincidieron en la trascendencia del Consejo de Administración con presencia de consejeros externos, y reconocieron la existencia de múltiples modelos adaptados a las necesidades particulares de cada caso.
“El coste de no tener un Consejo de Administración es extremadamente alto. No creo que las empresas familiares no lo hagan por pensar que el coste económico va a ser elevado, sino por una cuestión cultural”, aseguró Inés Juste, quien puso en valor el protocolo familiar como herramienta clave que debe contener “el propósito y el enfoque de hacia dónde se debe dirigir la empresa”. En este sentido, Antonio Cubo, presidente de Afar4, afirmó que la elaboración del protocolo “debe servir para reflexionar sobre qué es lo que quiero para mi empresa”, y subrayó la necesidad de que sea “un elemento vivo y abierto a cambios”.
Cubo también se mostró partidario de la incorporación de consejeros externos dentro de los Consejos de Administración: “Aportan una visión global de la empresa. Muchas veces dirán cosas incómodas, pero es importante asumir sus consejos”. Inés Juste, por su parte, puso el acento en la necesidad de “pensar qué tipo de perfil requiere la compañía” y en la importancia de que sea una persona que aúne “el conocimiento necesario y la total confianza por parte del Consejo de Administración”.
Valores como clave del éxito en Redur
El presidente ejecutivo de Redur, Raúl Lozano, aseguró que la “cohesión familiar”, el ser “fiel a los principios de la compañía” y el respetar al máximo los valores de “compromiso, humildad, y amor por lo que haces”, han sido las claves del éxito de su empresa.
Lozano explicó que, en su caso, el protocolo familiar sirvió para “regular el papel de la familia en la empresa” y apuntó la importancia que cobra el consejero externo en su compañía: “Es una persona que tiene un conocimiento metódico y nos ayuda en la organización; nos impulsa a debatir temas importantes que, de lo contrario, pasaríamos por alto, y nos hace reflexionar”.
El presidente ejecutivo de Redur contó el proceso de sucesión en su empresa, en el que su padre dio un paso al lado para dejar el camino libre a la siguiente generación, y lo definió como un “acto de enorme generosidad”. Asimismo aseguró que el mayor reto al que se enfrenta la compañía en la actualidad es la “estrategia” para tratar de ser “más ágiles que nuestros competidores”.
Responsabilidad legal del Consejo de Administración
Javier Brau, socio de KPMG Abogados y Maitane de la Peña, directora de KPMG Abogados, explicaron las bases legales sobre las que se sustenta el Consejo de Administración, y pusieron el acento en la responsabilidad legal de los miembros de éstos. En este sentido, recalcaron la necesidad de “saber gestionar el riesgo” y contar con sistemas de prevención como seguros de responsabilidad civil, políticas de prevención de delitos y una buena cultura fiscal con sistemas de compliance.
De igual forma destacaron el papel de figuras como el Secretario del consejo, persona que debe transmitir seguridad y confianza y que, más allá de los conocimientos en derecho, debe aportar sentido común.
Ramón Pueyo, socio responsable de Empresa Familiar en KPMG, destacó el papel del Gobierno Corporativo como una herramienta indispensable para tomar mejores decisiones en las empresas, y celebró el gran avance que su desarrollo ha experimentado en los últimos diez años en España, tanto en las empresas cotizadas como en las empresas familiares. En este mismo sentido se pronunció Pedro León y Francia, socio responsable de Leadership Center en KPMG España, quien destacó el avance experimentado por las empresas españolas en materia de Buen Gobierno, pese a lo cual todavía queda mucho trabajo por hacer.