Si bien existen varios tipos de MBA, la mayoría tienen en común asignaturas relacionadas con la organización, estrategias de negocio, métodos estadísticos, economía, finanzas, procesos productivos, recursos humanos y marketing, por citar como los más relevantes.
El objetivos principal de estos programas es dotar de las herramientas necesarias que permitan llevar a cabo una eficiente, oportuna y rentable dirección empresarial. A partir de ejemplos prácticos y metodologías didácticas específicas, los alumnos van conociendo las problemáticas y las situaciones que supone ocupar cargos de responsabilidad a nivel empresarial.
Todos los MBA tienen también por objetivo ayudar a desarrollar capacidades de liderazgo, de gestión, la motivación de equipos, la comunicación verbal y escrita, el conocimiento técnico específico y una visión global de la dirección que varía en función del tipo de MBA al que se opte.
Los programas de posgrado MBA están dirigidos tanto a personas tituladas universitarias como a profesionales en activo, pero es cierto que en muchos casos exigen experiencia directiva o profesional previa. El perfil de alumno que más demanda esta formación especializada es el de profesionales, de cualquier sector, que quieren impulsar su trayectoria laboral.
El método del caso en los MBA
Ya lo hemos mencionado previamente, los MBA parten de metodologías didácticas específicas en las que es muy importante la experiencia práctica y la capacidad de resolución de problemas. Una de esas metodologías es el famoso método del caso.
Esencial en el sistema académico, este método es muy conocido por su diseño inicial en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. De manera simple, consiste en un método práctico de aprendizaje inmediato con análisis, debate y posible soluciones a casos reales de empresas.
En este enfoque de aprendizaje, cada caso es una simulación de un problema de negocios en el mundo real. El protagonista del caso es la persona encargada de resolver el problema. Los estudiantes deben asumir ese rol de protagonista y tratar de encontrar soluciones con la colaboración del resto de integrantes de su equipo de trabajo, siempre bajo la asesoría de profesores expertos.
Esta es otra de las características de los MBA y, en concreto, del método del caso. Los docentes son profesionales activos del mundo de los negocios o la academia que tienen responsabilidades directivas en importantes empresas nacionales e internacionales.
Ese es el caso, por ejemplo, del Máster MBA en Málaga, en el que participan personalidades de gran prestigio en el ámbito empresarial como el economista y colaborador de televisión José María O' Kean, el ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel o la ex presidenta de Google Iberia y Dell Computer para el Sur de Europa, Isabel Aguilera.
¿Cómo se aplica el método del caso en los MBA?
Existen dos elementos principales que diferencian el método del caso de sistemas de aprendizaje tradicionales. Esta metodologías permite crear espacios en los que se desarrollan discusiones y foros de debate que potencian la asimilación de contenidos. A su vez, aunque siempre existe una base teórica que contempla a cada caso, el enfoque de la discusión es la aplicación de los conceptos en situaciones totalmente prácticas.
Teniendo presentes estos dos elementos, el protagonista que se enfrenta a estas situaciones durante el MBA debe, en primer lugar, preparar individualmente el caso, con sus posiciones teóricas y sus soluciones prácticas. A partir de ahí, entrar en una fase de análisis con sus compañeros, para que el conjunto de ideas enriquezca el debate y se hallen soluciones más óptimas.
Un tercer paso es discutir en clase esta problemática, siempre bajo la moderación y la asesoría de los profesores. Finalmente, el objetivo es alcanzar entre todos los participantes, una serie de conclusiones dirigidas a solventar ese supuesto práctico con eficiencia e internalizar las lecciones aprendidas en todo el proceso.
Con el método del caso, la base teórica de disciplinas relacionadas con el mundo de los negocios se adquiere a partir de situaciones reales y prácticas, pues se estudian en momentos de riesgo o incertidumbre. Los alumnos, con este sistema, desarrollan su capacidad resolutiva y de toma de decisiones, así como aspectos relacionados con la comunicación, el trabajo en equipo y la negociación.