Según se expone en la última nota técnica del Comité de Reflexión sobre Internacionalización del Club de Exportadores, del que forman parte expertos del mundo empresarial y académico y profesionales independientes, la cuota de España en el comercio internacional de servicios se sitúa en torno al 2,6%, por encima de la cuota en el comercio de bienes (1,8%). Sin embargo, el crecimiento de las exportaciones españolas de servicios en los últimos diez años ha sido algo inferior a la media mundial.
Según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), entre 2005 y 2018 el valor nominal del comercio mundial de servicios se ha duplicado, pasando de 2,6 billones de dólares a 5,7 billones, lo que supone un crecimiento promedio anual del 6,5%, casi un punto porcentual por encima del crecimiento del 5,6% que registró el comercio de bienes. Además, para 2040, la OMC estima que la participación de los servicios en el comercio mundial aumentará un 50% más.
El comercio mundial de servicios se concentra principalmente en las economías más avanzadas (América del Norte, Unión Europea y Australia), que canalizan dos terceras partes de las exportaciones de servicios, y algunos países como China, India o Brasil. De hecho, algo más del 50% de los intercambios comerciales se lleva a cabo en sólo diez países.
Marta Galiano, doctora en Economía y autora de esta nota técnica, titulada “El Comercio Internacional de Servicios ante el futuro”, señala que procesos como la servitización de la industria, que supone la inclusión de servicios asociados a la venta de bienes y para los que hay una demanda creciente a escala global, han influido en el extraordinario desarrollo de este segmento del comercio internacional. Según la OMC, tras aplicar nuevas técnicas de medición de su desarrollo, supondría ya más de la mitad del volumen total del comercio internacional (el 59% en el caso de España).
Además, las buenas perspectivas para el comercio de servicios se verán favorecidas, según se señala en el documento, por la creciente digitalización y las nuevas tecnologías, la futura demanda de servicios digitales relacionados con la salud o la educación, el aumento de la renta y el cambio climático, que favorecerá la provisión de unos servicios más sostenibles.
Con el fin de que la economía española se beneficie del fuerte crecimiento del comercio internacional de servicios, el Club de Exportadores aconseja impulsar tanto a nivel institucional como empresarial algunos aspectos estructurales que determinan la competitividad internacional en la era digital, como son la especialización y la diferenciación del servicio, la innovación en los servicios y procesos, el desarrollo tecnológico y la mejora del capital humano.
Asimismo, el Club de Exportadores considera imprescindible una mayor inserción de las empresas españolas en las cadenas globales de valor, de tal manera que las exportaciones de servicios se incorporen como inputs intermedios en las exportaciones de otros países.