Economía

Oportunidades en el mercado de renta variable post Covid 19

Nina Lagron, La Française.

OPINIÓN: Por Nina Lagron, CFA y responsable de Large Cap Equities de La Française

Lunes 06 de abril de 2020
El rally que se produjo a finales de 2019 en el mercado de renta variable sufrió un parón repentino hace apenas unas semanas. id:57171

El entusiasmo por la normalización económica y política en el Año de la Rata chino se vio doblegado por la expansión de un nuevo virus, el Covid-19, que de la noche a la mañana paralizó literalmente la economía china, para continuar haciendo lo mismo con el resto de las plazas de todo mundo. Cerca de 3.000 millones de personas están bajo orden de confinamiento, más de medio millón han sido oficialmente declarados como positivos2, y ya han fallecido más de 24.0003. Todo esto sin que tengamos en vista ni vacunas ni medicamentos que puedan ser efectivos para hacer frente al virus.

El mercado de renta variable ha reaccionado de la manera más abrupta posible, por la profundidad, amplitud y magnitud de la crisis sanitaria, así como por la falta de visibilidad sobre su duración. Las respuestas de los Bancos Centrales y los gobiernos también han sido sin precedentes: literalmente, ayudas ilimitadas para apoyar las economías de todo el planeta. Los tipos de interés se han recortado todavía más, mejorando el atractivo a largo plazo de los mercados de renta variable. A pesar de la severidad de la crisis y la incógnita de cuánto durará esta situación, pensamos que hemos identificado algunos sectores que podrían beneficiarse de la actual debacle y el mundo post Covid-19.

A pesar de que no podemos estar seguros sobre el impacto que esta crisis tendrá en las rentabilidades a largo plazo, estas identificaciones tempranas alientan y corroboran nuestras aseveraciones: sostenibilidad y conciencia climática juegan un papel importante en la valoración de las acciones de las compañías. De hecho, el siguiente gráfico ilustra el mejor comportamiento relativo de las compañías sostenibles durante la caída:

¿Qué aspecto tendrá el mundo después del Covid-19?

Creemos que, a pesar de que el confinamiento en las casas dejará de ser obligatorio durante la primavera, el distanciamiento social y un nivel reducido de actividad económica, continuarán durante un periodo más prolongado. Por tanto, el efecto más significativo y duradero lo veremos en el sector tecnológico, puesto que la digitalización va a jugar un papel importante a escala mundial una vez superemos esta crisis del Covid-19.

Las actividades más beneficiadas en la actual situación de aislamiento son las relacionadas con: hyperscalers, proveedores de centros de datos, infraestructuras de comunicación, proveedores tecnológicos, ciberseguridad, videojuegos y entretenimiento en streaming, educación on-line…

La actual crisis sanitaria tendrá efectos duraderos en la forma que tenemos de trabajar. En estos momentos de cuarentena, las compañías se ven obligadas a operar con cerca del 100% de su personal de manera telemática. Hasta hace poco, en muchos países, el teletrabajo no estaba ampliamente implementado, pero a medida que el periodo de confinamiento se prolonga, la tecnología de comunicación y colaboración necesitan ser entendidas por todos y adaptadas a las necesidades particulares de cada actividad económica.

Pensamos que la vuelta a la normalidad una vez finalice el aislamiento, se hará de forma lenta y gradual, y las empresas continuarán algunos meses más operando de manera telemática. Las compañías que facilitan el trabajo colaborativo verán, por lo tanto, un crecimiento importante que debería perdurar en el largo plazo. Esta tendencia al teletrabajo será la nueva norma, aumentando la demanda por espacio en la nube, beneficiando a los hyperscalers y a los proveedores de centros de datos. Esto debería ser positivo también para la industria de las telecomunicaciones, puesto que veremos una necesidad creciente por tecnologías avanzadas 5g. La ciberseguridad se volverátodavía más importante, dado que todos los intercambios de información se hacen a través de aplicaciones en línea.

Los jóvenes, y los no tan jóvenes, están descubriendo juegos en streaming, y su uso, así como el de las aplicaciones de juegos para móviles, se hace más extensivo, por lo que su crecimiento debería ser fuerte en el medio plazo. No olvidemos que los deportes online son ahora mismo Deporte Olímpico.

El movimiento del sector del entretenimiento en su totalidad hacia las aplicaciones digitales se está también acelerando: vídeos descargables, podcasts, audiolibros y, por supuesto, las suscripciones a películas en streaming no se cancelarán después de la crisis, puesto que la conveniencia y la experiencia del usuario van a prevalecer.

El actual período de confinamiento supone un magnífico laboratorio para la escolarización en casa, en todas las edades. Hasta ahora, la educación online se utilizaba más bien como herramienta a nivel universitario, y ahora se está utilizando incluso para la educación primaria. A pesar de que la formación presencial no puede ser reemplazada en su totalidad, en el futuro se pondrán en práctica más aplicaciones digitales.

Las consultas médicas virtuales no sólo tendrán prioridad a la hora de ser aceptadas, sino que también en el momento de su reembolso.

Por último, pero no menos importante, muchos consumidores están intentando reproducir en casa lo que suelen hacer fuera. En el caso de los deportes, el uso del IOT (Internet of Things) y nuevos dispositivos, resultan en una nueva forma de hacer deporte e informar sobre la actividad física.

Estilo de vida post Covid-19 y la crisis climática

De acuerdo con nuestro análisis, el potencial más significativo de reducción de emisiones CO2 reside en el uso extensivo de las herramientas profesionales de teleconferencia. En lugar de viajar por todo el mundo para asistir a conferencias, éstas se harán online. Se trata no sólo de un cambio en términos de coste, comodidad y eficiencia, sino que el impacto en la huella de carbono podría ser masiva. Asumiendo una ambiciosa reducción del 30% de los viajes por trabajo, nuestro análisis muestra que podríamos ahorrar anualmente alrededor de 91 millones de toneladas de emisiones de CO2. Por ejemplo, en vistas al uso más común del teletrabajo, nuestro análisis muestra que una reducción del 15% en el tráfico de carretera sólo dentro de la región parisina, supondría una reducción de alrededor de 560 kilotones de CO2 cada año.

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