Al igual que en crisis anteriores, los países del norte no están dispuestos a pagar la fiesta y los excesos de los países del sur. Aunque, en este caso, la situación es muy diferente; ya que la pandemia que nos acecha no es consecuencia de despilfarro o de abusos cometidos. Y, además, está teniendo un mayor impacto en los países más vulnerables.
Como ya hemos repetido a lo largo de los últimos días, Europa tiene que demostrar que tiene una sola voz, que entre todos luchamos por un fin común y que actuamos conjunta y rotundamente, sin excepciones. Este es el único mensaje que cabe ahora, no vale vacilar y actuar con medidas pobres, sino las consecuencias serán incluso más caras y difíciles de paliar. Como prueba podemos analizar con qué coste y en cuánto tiempo salió EE.UU. de la anterior crisis y cuánto tardamos y con qué impacto lo hicimos en Europa.
Es por ello que los países del sur seguirán reclamando la adopción de medidas de estímulo contundentes y lo países del norte deberán dar respuesta. Por una vez debemos demostrar que realmente somos una sola voz.
Sin lugar a duda, la aprobación y emisión de los coronabonos sería muy bien acogida por los mercados, así como por los países periféricos y aliviaría los diferenciales y las primas de riesgo alcanzadas durante esta crisis.