La visión de Toyota sitúa al hidrógeno en el centro de la sociedad del mañana. Porque el hidrógeno es una fuente energética ilimitada, que se puede obtener de forma sostenible, es fácil de almacenar y transportar y puede utilizarse en ámbitos muy diferentes, desde el transporte de mercancías —camiones, barcos…—o personas —vehículos particulares, autobuses, taxis…— hasta la climatización de hogares y edificios o la producción de energía para el funcionamiento de plantas de producción.
El hidrógeno es un medio limpio y eficiente para producir electricidad, no genera más que vapor de agua y no es vulnerable a las fluctuaciones en la oferta de suministro como sucede con el petróleo. Además de no generar emisiones de CO2 al utilizarse, presenta también una mayor densidad de potencia que las baterías eléctricas, de forma que promete tener el mayor efecto sobre la necesaria descarbonización del planeta. La apuesta por el hidrógeno es parte fundamental en el Desafío Medioambiental Toyota 2050 —Toyota Environmental Challenge 2050— y puede contribuir de forma destacada a uno de los principales objetivos de Toyota como compañía, alcanzar una auténtica armonía entre la sociedad y la naturaleza.
Para ello, además, Toyota ha liberado en los últimos años más de 5.000 patentes tecnológicas relacionadas con el hidrógeno, de forma que otros fabricantes puedan utilizarlas sin abonar derechos y se sumen al objetivo de lograr que el hidrógeno sea la fuente de energía principal en las próximas décadas. Toyota también colabora en este sentido con otras marcas del sector y entidades públicas y privadas desde hace años.
Toyota Mirai
El primer gran paso de Toyota para tratar de situar al hidrógeno en el centro de la movilidad futura, tras la presentación de varios prototipos en diferentes salones del automóvil a principios de la presente década, fue el lanzamiento en 2015 del Toyota Mirai, el primer vehículo eléctrico de pila de combustible —fuell cell electric vehicle (FCEV)— de hidrógeno producido en serie en el mundo.
Más allá de su papel como nuevo modelo dentro de la gama de Toyota, Mirai es la constatación de que es posible una movilidad futura cero emisiones con un vehículo eléctrico de pila de combustible que ofrece una autonomía similar a la de los modelos de combustión, su depósito de hidrógeno se recarga en el mismo tiempo que un modelo convencional y por su sistema de escape únicamente sale vapor de agua. Con Mirai en el centro de la estrategia, Toyota ha ido desarrollando un plan de acción con el objetivo de aumentar el conocimiento y la aceptación de la tecnología de pila de combustible de hidrógeno, colaborar en el desarrollo continuo de la infraestructura de hidrógeno y cooperar con gobiernos, entidades públicas y privadas, autoridades, socios de la industria y organismos de estandarización.
Mirai y su despliegue en todo el mundo —se comercializa en Japón, Estados Unidos y varios países europeos— permite además a Toyota saber cómo son y cómo se comportan los nuevos clientes, pioneros de una tecnología revolucionaria como la de la pila de combustible de hidrógeno, e implementar nuevos procesos en una red comercial que comercializa vehículos electrificados de todo tipo —híbridos (HEV), híbridos enchufables (PHEV), eléctricos de batería (BEV) y eléctricos de pila de combustible de hidrógeno (FCEV)—. Además, Mirai es una muestra más del compromiso Toyota de invertir en nuevas tecnologías y crear cada vez mejores productos, desarrollando vehículos mejores para mejorar la vida de la gente y lograr un mejor futuro para la sociedad y el planeta. En esa línea, a finales de 2019 se presentó el prototipo que adelanta la segunda generación de Mirai, con una autonomía un 30% superior, nueva configuración de tres depósitos de hidrógeno y una pila de combustible totalmente rediseñada, plataforma TNGA, mejoras dinámicas y mayor eficiencia.
Con Mirai, Toyota ha logrado aumentar la concienciación en todo el mundo sobre cómo conseguir una sociedad futura limpia y sostenible y que la presencia del hidrógeno en el escenario mundial haya aumentado considerablemente, con un gran interés por parte de regiones de todo el mundo. Desde su lanzamiento ya se han vendido más de 10.000 unidades a nivel mundial, una comercialización que ha ido paralela al respaldo por parte de Toyota al desarrollo de la infraestructura de repostaje de hidrógeno en mercados clave de todo el mundo.
Para estar a la vanguardia de los esfuerzos para popularizar los vehículos eléctricos de pila de combustible y ayudar a lograr una sociedad basada en el hidrógeno, como primera prioridad, el objetivo de Toyota es desarrollar vehículos que sean asequibles para los clientes, con una gran relación calidad-precio, ya que los vehículos más eficientes solo pueden contribuir de forma significativa en la mejora del medio ambiente si se usan ampliamente. Por ello, Toyota trabaja para reducir el coste de fabricación y venta de los FCEV, centrando sus esfuerzos en tres áreas: pila de combustible y sus componentes, incremento del volumen de producción y utilización de economías de escala y utilización de la pila de combustible en otras aplicaciones, como camiones y autobuses para lograr un mercado más amplio.
Actualmente, el Toyota Mirai se fabrica a mano utilizando tecnología basada en takumi, una tradición y un concepto antiguo japonés en el que se recoge la esencia de la artesanía y es lo que cimienta todo el proceso de producción de la compañía. Toyota pondrá en marcha un plan en los próximos años para aumentar la producción de sistemas de pila de combustible hasta llegar a poder fabricar 30.000 unidades anuales de Mirai. Para ello, se construirá una nueva instalación para la producción de pilas de combustible dentro de los terrenos de la planta Honsha en Toyota City, en la Prefectura de Aichi. Además, se creará una línea de producción, para tanques de hidrógeno de alta presión, en la planta de Shimoyama, en Miyoshi, también en la Prefectura de Aichi.
Otros proyectos
Aunque Mirai es la punta de lanza de la estrategia de Toyota en torno al hidrógeno, en los últimos años la compañía ha llevado a cabo y ha colaborado con otros grandes proyectos que utilizan esta fuente de energía para funcionar. Es el caso del camión de pila de combustible diseñado por Toyota en Estados Unidos, el desarrollo del sistema de pila de combustible del Energy Observer, la primera embarcación a base de hidrógeno del mundo. Otros proyectos destacados son la colaboración con Caetanobus SA en Portugal para ofrecer autobuses cero emisiones en Europa, el uso de carretillas elevadoras de pila de combustible en la planta de Motomachi o el despliegue de vehículos eléctricos de pila de combustible en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se disputarán finalmente en el verano de 2021 y donde estarán presentes tanto el Toyota Miriai como autobuses Sora y carretillas elevadoras en tareas logísticas.
Hoja de ruta de la electrificación
La apuesta de Toyota por el hidrógeno forma parte de una hoja de ruta de la electrificación, que arrancó hace más de 20 años con el nacimiento de la tecnología híbrida y la primera generación del Toyota Prius (1997). Así, la estrategia de desarrollo de vehículos electrificados —híbridos eléctricos (HEV), híbridos enchufables (PHEV), eléctricos de batería (BEV) y eléctricos de pila de combustible de hidrógeno (FCEV)—, en la que se trabaja desde hace décadas, demuestra el compromiso Toyota con el medio ambiente y la sociedad.
Una movilidad más sostenible permitirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2, ayudando a combatir el cambio climático, y reducir las emisiones de gases contaminantes, como el NOx y las partículas, que afectan directamente a la salud de las personas. En los últimos años esta hoja de ruta ha tomado forma con la ejecución del Sexto Plan de Acción Ambiental de Toyota (FY2016 – FY2020), con la puesta en marcha de diferentes acciones, de forma constante, incluidas el desarrollo de nuevos vehículos HEV y FCEV y el desarrollo e implementación de tecnologías de producción bajas en CO2. Estas iniciativas se vincularán con el siguiente plan quinquenal, para seguir trabajando para lograr el complejo desafío de hacer del planeta un lugar mejor.