El objetivo de crecimiento del 5,6% es un umbral clave para China y el partido lo considera un nivel "moderadamente próspero". China define este objetivo como una duplicidad de las cifras de ingreso nominal per cápita de 2010. A pesar de las circunstancias actuales, el PCCh espera lograr este objetivo antes de su centésimo aniversario en julio de 2021.
En esta etapa, el gobierno parece seguir confiando en cumplir con los requisitos para 2020. Sin embargo, es más probable que este objetivo deba posponerse hasta 2021. La propagación del COVID-19 en todo el mundo, especialmente a los mercados clave para China como Europa y América del Norte (30% de sus exportaciones), arrastrarán la actividad económica china este año.
Se espera un aumento en las insolvencias corporativas, a pesar de las fuertes medidas de las autoridades para limitar el shock
Las autoridades chinas han tomado medidas para compensar el impacto de la pandemia en la economía. Por ejemplo, el Banco Popular de China (PBOC) se ha centrado, hasta ahora, en medidas más prudentes y específicas, como los recortes de tasas de interés. A pesar de la flexibilidad adicional que permiten estas decisiones, China tendrá que recurrir a una flexibilización monetaria y fiscal agresiva si quiere gestionar la estabilización de su economía.
A diferencia de 2009, hay menos margen de maniobra. En particular, las reservas de divisas no son suficientes para cubrir las salidas, lo que ejerce presiones a la baja sobre el Yuan.
En el frente fiscal, las inversiones adicionales en las infraestructuras destinadas a compensar el impacto se sumarán al endeudamiento local, lo que dará lugar a presiones sobre el sector bancario ya extendido y las corporaciones altamente endeudadas. En este contexto, cabe esperar un aumento de los impagos de bonos e insolvencias corporativas, acompañado de esfuerzos de reestructuración bancaria.