El confinamiento ha provocado que el consumo en muchos sectores - desde comer fuera hasta viajar –sea literalmente imposible. El consumo privado caerá aproximadamente el 35% durante el confinamiento. Además, según las previsiones, el 40% de la población activa podría sufrir desempleo parcial, lo que en parte protegerá sus ingresos, pero provocará una pérdida del 20% al 40% de sus ingresos disponibles; el ingreso total de los hogares podría disminuir del 8% al 16%. En general, la tasa de ahorro aumentaría unos +5pp debido auna caída del ingreso total de los hogares del 5% y una caída del consumo privado del 10%.
Durante la salida progresiva del confinamiento, el ahorro preventivo podría convertirse en un problema: las tasas de ahorro permanecerían +6pp por encima de los niveles anteriores a la crisis, en un 21% a finales de 2020. Esto significa unos 400.000 millones de euros, o el 3% del PIB. En tiempos convulsos, los hogares se vuelven más reacios al riesgo y pueden huir del consumo o la inversión. Estos ahorros preventivos repercuten en la actividad económica, manteniéndola por debajo de su potencial. Los ahorros excesivos o preventivos no suelen utilizarse como capital a largo plazo, sino como depósitos bancarios. Los bancos probablemente restringirán las condiciones de crédito y se mostrarán reacios a conceder nuevos préstamos en tiempos de crisis. Durante el proceso de salida del confinamiento, prevemos que el consumo privado permanecerá entre un 10% y un 15% por debajo de los niveles previos a la cuarentena, ya que esperamos que,de media, un tercio de los empleados con desempleo parcial puedan perder sus trabajos.
Mientras no haya una vacuna eficaz contra el COVID-19, los países seguirán siendo vulnerables a nuevos brotes de la pandemia, lo que provocaría la repetición de las fases de confinamiento y reinicio. La reacción obvia de los hogares será aumentar el ahorro, especialmente en los países con altos niveles de deuda familiar y creciente desempleo (países nórdicos, Países Bajos, Reino Unido y, en menor medida, Francia, Bélgica, España y Portugal, véase el gráfico 2).
Los legisladores deberán centrarse en políticas para desbloquear el ahorro. La confianza debe ser lo primero: tests, máscaras, protocolos sanitarios, tratamientos y vacunas ayudarán a crear un entorno propicio para el desahorro: