Para preservar la salud de los ciudadanos debemos preservar también la salud y el funcionamiento de la economía. Debemos apoyar nuestra industria, comercio, hostelería, turismo, cultura, construcción, transporte, telecomunicaciones y resto de servicios profesionales comolos verdaderos motores que arrastren y movilizan nuestra economía y que en su mayoría inician una puesta de largo menos restrictiva. Durante el tiempo de resistencia se han diseñado estrategias y protocolos sanitarios en cada establecimiento, en cada empresa u organización para gestionar salud y seguridad, pues un solo contagio pondría en peligro el negocio o la empresa por la que tanto se ha luchado.
Vamos a poner en valor que, desde mañana, aunque no sea del mismo modo que antes de la declaración del Estado de Alarma, ganamos en movilidad, que podemos acudir a nuestro comercio o cafetería habitual, que comienza la vida en bibliotecas, museos e instalaciones deportivas. Es el momento de comenzar a creer en nuestro potencial y comprometernos con el futuro de Castilla y León incentivando el turismo de proximidad para despertar sectores como el comercio, la hostelería y el transporte, entre otros, tan castigados por esta pandemia. Castilla y León es un destino seguro, sin masificaciones, con numerosos y diferentes recursos endógenos en los ámbitos rural y urbano por lo que urge potenciar este sector estratégico por el que, sin duda, comenzará el punto álgido de la reactivación.
Si la confianza es uno de los cimientos para edificar las relaciones humanas, vamos a construir esa reactivación económica como un proyecto planificado y meditado con rigor.