El menor, de 15 años, estudia actualmente en un colegio de invidentes, aunque puede ver, debido al fuerte acoso que sufre en centros normales debido a su aspecto. Se trata de un menor cuya familia está en situación de severa pobreza. En 2017, gracias a las gestiones de la Fundación Adelias, se le realizó un injerto óseo alveolar de cadera y una rinoplastia cerrada, pero sigue pendiente la intervención para paliar el síndrome malformativo orbitario, facial y de oídos.
“Queremos ayudar a este menor porque es muy inteligente, tiene mucho potencial y muchas ganas de estudiar, a pesar de haber estado condicionado toda su vida por las graves malformaciones que padece”, señala Samira Brigüech, fundadora y directora de Fundación Adelias. “Confiamos en que una intervención quirúrgica mejorará su calidad de vida enormemente, permitiéndole desarrollarse como se merece. Por el momento no hemos dado con el especialista, equipo de cirujanos, hospital o donante que esté dispuesto a hacerse cargo de la intervención, pero estamos convencidos de que pronto lo encontraremos,” asegura Brigüech. La presidenta de la Fundación Adelias tiene claro que “en cuanto la gente conoce la realidad, muchos ciudadanos y corporaciones quieren ayudar, porque, cuando ves de cerca el desamparo de algunas personas, como es el caso de este menor, te involucras totalmente”.