«El coronavirus ha golpeado en un momento difícil para el sector marítimo, en la medida en que trata de reducir sus emisiones, hacer frente a problemas como el cambio climático, los riesgos políticos y la piratería, mientras debe lidiar con problemas habituales como los incendios en los buques», afirma Baptiste Ossena, director global del producto de Casco y Responsabilidad Civil Marítima, AGCS. «El sector se enfrenta en estos momentos a la tarea de operar en un mundo muy diferente, con los inciertos efectos de la pandemia sobre la salud pública y la economía».
En el estudio anual de AGCS se analiza la información sobre los siniestros marítimos de más de cien toneladas brutas (TB) y también se señalan diez problemas de la crisis del coronavirus para el sector del transporte marítimo que podrían repercutir en la seguridad y la gestión de los riesgos. En 2019, se notificaron 41 siniestros totales de buques en todo el mundo, frente a los 53 del año precedente. Esto representa una disminución de aproximadamente el 70 % en más de diez años y es el resultado de esfuerzos sostenidos en las esferas de la reglamentación, la capacitación y el avance tecnológico, entre otros aspectos. Desde principios de 2010 se ha reportado una cifra de más de 950 siniestros marítimos.
Los desafíos del coronavirus
El sector naviero ha seguido operando durante la pandemia, a pesar de las perturbaciones en los puertos y en los cambios de tripulaciones. Si bien la reducción de la navegación debido a las restricciones del coronavirus podría causar una disminución temporal de la tasa de siniestros, el informe destaca diez desafíos que podrían aumentar los riesgos. Entre ellos figuran los siguientes:
«Los armadores también se enfrentan a presiones adicionales en materia de costes debido a la caída de la actividad económica y comercial», señala el capitán Rahul Khanna, director global de Consultoría de Riesgos Marinos de AGCS. «Sabemos, por las crisis pasadas, que los presupuestos de tripulación y mantenimiento se encuentran entre las primeras áreas que pueden sufrir recortes y este hecho puede repercutir en la seguridad de las operaciones de los buques y la maquinaria, causando potencialmente daños o averías, lo que a su vez puede acabar en varadas o colisiones. Es crucial que las normas de seguridad y mantenimiento no se vean afectadas por ningún descenso en la actividad económica».
Lugares con mayor siniestralidad y buques más afectados
Según el informe, la región marítima de China meridional, Indochina, Indonesia y Filipinas sigue siendo el lugar de mayor siniestralidad, con 12 buques en 2019 y 228 buques en el último decenio, uno de cada cuatro del total de siniestros. Los altos niveles de actividad comercial, unas rutas marítimas muy transitadas, la antigüedad de las flotas, la exposición a los tifones y los problemas de seguridad en algunas rutas de transbordadores nacionales son factores que contribuyen a ello. No obstante, en 2019, los siniestros disminuyeron por segundo año consecutivo. El golfo de México (4) y la costa de África occidental (3) ocupan el segundo y el tercer lugar.
Los buques de carga (15) representaron más de un tercio de los siniestros marítimos en el último año, mientras que los naufragios (buques hundidos/sumergidos) fueron la principal causa del total de siniestros, representando tres de cada cuatro (31). El mal tiempo fue la causa de uno de cada cinco siniestros. Los problemas relacionados con los buques de transporte de automóviles y los buques de carga rodada (ro-ro) siguen siendo una de las principales preocupaciones de seguridad. El total de siniestros relacionados con los ro-ro es mayor que el año anterior, así como los incidentes menores (un 20 % más), una tendencia que continúa en 2020.
«El aumento del número y la gravedad de las reclamaciones en los buques ro-ro es preocupante. Los ro-ro pueden estar más expuestos al riesgo de incendio y a problemas de estabilidad que otros buques», explica Khanna. «Muchos de ellos tienen plazos de entrega rápidos en puerto y varias investigaciones de accidentes han revelado que las comprobaciones de estabilidad previas a la salida del barco no se llevaron a cabo como se requería o se basaron en información inexacta sobre la carga. Demasiadas veces las consideraciones comerciales han puesto en peligro a los buques y las tripulaciones y es vital que esta cuestión se aborde en tierra y a bordo».
El número de incidentes de transporte marítimo menores va en aumento
Si bien el total de siniestros sigue registrando una tendencia positiva, el número de incidentes de transporte marítimo notificados (2.815) aumentó un 5 % con respecto al año anterior, como consecuencia de daños en la maquinaria, que causaron más de uno de cada tres incidentes (1.044). El aumento de los incidentes en las aguas de las islas Británicas, el mar del Norte, el canal de la Mancha y el golfo de Vizcaya (605) supuso que sustituyera al Mediterráneo oriental como el principal punto conflictivo por primera vez desde 2011, lo que representa uno de cada cinco incidentes en todo el mundo.
«No podemos perder de vista el hecho de que, si bien el total de siniestros se ha reducido considerablemente, el número total de incidentes ha aumentado año tras año», declara Ossena. «No se necesita mucho para que un incidente grave derive en un siniestro total, las señales de advertencia son claras en ese sentido».
El año pasado se registraron casi 200 incendios en buques, lo que supone un aumento del 13 %, con cinco siniestros totales solo en 2019. La carga mal declarada es una causa importante. Tomar medidas para abordar esta cuestión es vital, ya que no hará sino empeorar a medida que los buques crezcan en tamaño y la gama de mercancías transportadas aumente. Las sustancias químicas y las baterías se envían cada vez más en contenedores y plantean un grave riesgo de incendio si se declaran o se almacenan erróneamente.
Tensiones geopolíticas y seguridad de la navegación con repercusiones cibernéticas
Mientras tanto, los acontecimientos en el golfo de Omán y en el mar de la China Meridional muestran que las rivalidades políticas se están librando cada vez más en alta mar y que el transporte marítimo seguirá siendo arrastrado a disputas geopolíticas. El aumento del riesgo político y de la agitación en todo el mundo tiene consecuencias para el transporte marítimo, como la capacidad de proteger a las tripulaciones y acceder a los puertos de forma segura. Asimismo, la piratería sigue siendo una de las principales amenazas. El golfo de Guinea vuelve a ser el principal foco de tensión mundial, mientras que en Latinoamérica aumentan los robos a mano armada y se reanuda esta actividad en el estrecho de Singapur.
Los armadores también están cada vez más preocupados por la posibilidad de que se produzcan conflictos cibernéticos. Ha habido un número creciente de ataques de falsificación de GPS en buques, en particular en Oriente Medio y China, mientras que se ha informado de un incremento del 400 % de los intentos de ciberataques al sector marítimo desde el comienzo de la pandemia.
El informe Safety & Shipping Review de AGCS identifica otros riesgos, entre los cuales figuran los siguientes: