Más allá de esos momentos de estrés comercial y social, los mayoristas han podido dar estabiliad a sus negocios a base de garantizar la flexibilidad, la eficiencia y la continuidad de sus operaciones. Y lo han hecho apoyándose en información precisa y disponible en tiempo real lo que les ha permitido, además, identificar necesidades y abordarlas con rapidez.
Pablo Couso, director comercial de Datisa dice que “tras estos meses de impacto hemos sacado algunas conclusiones que ayudarán al sector a ser más competitivo en adelante. Por un lado, hemos visto claramente la importancia de la estrategia e-commerce y la necesidad de darle soporte vía integración con el ERP. Y, por otro lado, hemos identificado la necesidad de trabajar sobre las experiencias de compra: de cliente, de diseño de la tienda física y digital, de los recorridos reales y virtuales por el establecimiento, etc.
En este sentido, cabe destacar el papel estratégico que han desempeñado los sistemas de gestión analítica que proporcionan los ERP y que han ayudado a controlar la rentabilidad de las diferentes áreas de negocio. Un “detalle” que resulta especialmente relevante en un sector con márgenes muy bajos y en un contexto crítico en el que las decisiones se han tenido que tomar en tiempo real.
Por eso, disponer de la información, continuamente actualizada ha servido para invertir en nuevas líneas de negocio o, bien, para derivar recursos a entornos concretos. “El control de los resultados, la integración de diferentes herramientas con los aplicativos ERP, la movilidad, la conectividad remota, el papel de las centrales de compras o la capacidad que ha mostrado la industria para asociarse y buscar soluciones conjuntas, han sido algunas de las lecciones que hemos aprendido del COVID-19”, continúa diciendo Pablo Couso.
Si hablamos minuciosamente de los roles y características de un ERP que han sido determinantes en la industria de la distribución mayorista durante los últimos meses, sin duda, deberíamos mencionar, desde la gestión comercial hasta la gestión del almacén, pasando por las áreas de contabilidad y finanzas, el entorno comercial o la gestión de inmovilizados. “La clave está en contar con una solución modular que proporcione una amplia cobertura funcional y que permita un uso flexible, racional y sencillo”.
Mantener el índice de existencias necesario, minimizando el riesgo de desabastecimiento, rastrear miles de pedidos, ahorrando tiempo y recursos o reducir al máximo los costes generales, sin menoscabar el servicio ni la atención al cliente, son solo algunos de los “efectos positivos” del ERP en el entorno de la distribución mayorista.
Y, en términos generales, desde Datisa se apuntan también algunas otras ventajas estratégicas para los negocios del sector que utilizan un ERP para gestionar sus procesos:
En definitiva, hay una larga lista de tareas que pueden mejorarse con la aplicación de un ERP, desde la gestión de catálogos, la cuenta de clientes, o la administración de pedidos, hasta el servicio de atención al cliente o la toma de decisiones, gracias a los informes y la capacidad de análisis que proporcionan.