Las perspectivas de reducido crecimiento e inflación señalan la probabilidad de que el entorno de tipos bajos de los últimos años se quede con nosotros un tiempo. En lo que probablemente se equivoquen los bancos centrales es en su orientación conservadora y expansiva. Así, el mercado de futuros de los fondos federales, que representa las expectativas de los participantes en el mercado, descuenta ya un tipo de interés de 0-25 puntos básicos en 20231. Es posible que los balances del Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón y la Reserva Federal lleguen a alcanzar entre los tres los 20-25 billones de dólares2. También podrían anunciarse nuevos programas de estímulos fiscales y la ampliación de programas que estén próximos al vencimiento.
Aunque las medidas adoptadas por los bancos centrales podrían contribuir a reforzar la liquidez de las compañías que se habrían mostrado solventes si no hubiera sido por el cierre económico, también podría registrarse una caída de los beneficios empresariales y un aumento de los impagos. En un entorno así, es imprescindible mantener un enfoque diversificado y una especial atención al análisis activo fundamental.