Las DCO hacen frente al problema de iliquidez que presentan muchas de las inversiones en empresas privadas, y supone una opción de desinversión para los socios de empresas en las que no se hayan dado otros eventos de liquidez, como una salida a bolsa o una adquisición total o parcial de la compañía.
Aunque ya se han producido operaciones de compraventa de participaciones en empresas financiadas a través de Crowdcube, como en el caso de la británica Revolut o la española Zank, las DCO buscan democratizar este proceso al ofrecer las participaciones en venta a aquellos inversores particulares interesados en adquirirlas. Estas nuevas rondas secundarias conectan a los emprendedores que quieren ofrecer a su comunidad la posibilidad de invertir en la empresa con los socios existentes interesados en vender y con los nuevos inversores que se incorporen a través de Crowdcube.
Darren Westlake, CEO y cofundador de Crowdcube, señala que "las grandes empresas buscan formas de recompensar a sus primeros inversores con liquidez, pero sin la carga que supone salir a bolsa mediante una OPV tradicional. A muchas de estas empresas también les interesa la idea de ofrecer a sus clientes más fieles la posibilidad de convertirse en inversores, sin necesidad de hacer una nueva ampliación de capital. Una DCO resuelve estos problemas”.
Pepe Borrell, VP de operaciones internacionales y director general de Crowdcube en España, añade que “las DCO son un paso más hacia la creación de un mercado de capitales para empresas privadas, adaptado a los tiempos actuales; un mercado digital, transfronterizo, supervisado por el regulador y abierto tanto a inversores particulares como institucionales”.
En los últimos meses, Crowdcube también ha desarrollado otros nuevos productos financieros en respuesta a las nuevas necesidades de financiación de muchas empresas, en especial a raíz de la situación generada por el covid-19. Una de esas novedades es la posibilidad de realizar rondas de financiación mediante préstamos convertibles a través de la plataforma, lo que permite a las startups conseguir capital con una mayor flexibilidad y sin necesidad de fijar una valoración.