Lo hemos visto con esta situación sobrevenida. La COVID-19 ha sacudido con fuerza el entorno socio-económico mundial y ha provocado, por un lado, el hundimiento de muchos negocios. A otros los ha dejado seriamente dañados. Mientras que, algunas empresas, pertenecientes a sectores de actividad específicos, han visto incrementar significativamente su demanda. Es decir, que la crisis ha afectado de forma diferente a las empresas. También la capacidad de respuesta de estas organizaciones ha marcado la diferencia en muchos casos entre el éxito y el fracaso.
Isabel Pomar, CEO de Datisa dice que “la tecnología ha sido un factor clave para responder a la crisis. Sin embargo, las empresas que, a pesar de disponer de soluciones tecnológicas adecuadas, no contaban con una cultura corporativa que ayudase, han respondido solo en parte. Una cultura en la que la flexibilidad, la colaboración y la transparencia son necesarias para poder responder en un entorno tan convulso como el que nos encontramos”
Datisa facilita cuatro recomendaciones para preparar a las pymes para un crecimiento o una contracción agresiva. Pero, estos cuatro consejos, también permitirán a las organizaciones implementar modelos operativos y funcionales más eficientes y seguros:
Por otro lado, es importante estandarizar los procesos para hacer que todas las áreas del negocio funcionen bajo unos criterios lógicos. Ya sea el área comercial, financiera o el propio almacén, todos los entornos deben operar bajo criterios específicos. Y, en términos generales, esos procedimientos deberán apuntar hacia la minimización de los costes y hacia la eficiencia operativa. El procedimiento que se aplique deberá también ser replicable.
Por lo tanto, lo importante, en cualquier caso, es identificar las necesidades específicas de cada entorno, cliente o línea de negocio y establecer procedimientos estandarizados, pero con la suficiente elasticidad como para que puedan adaptarse con rapidez a los cambios.
Por lo tanto, lo más importante es impulsar una visión sistémica que permita el acceso de la información para que todos los agentes y entornos implicados, de manera sencilla, segura y rápida. En este sentido, aunque los sistemas ERP facilitan esta integración, hay que tener en cuenta también, que es importante la formación. Es decir, dotar a todas las personas implicadas de la capacitación y habilidades necesarias. En otras palabras, las pymes deberán diseñar procesos end to end y formar a los empleados para implementarlos con éxito.
Los informes financieros que proporciona un ERP facilitan esta tarea y hacen que la toma de decisiones para escalar el crecimiento o contracción del negocio sea también más sencilla.
En definitiva, la tecnología es determinante para facilitar la escalabilidad de los negocios, pero, es más importante aún, que esta tecnología vaya acompañada de un modelo de gestión flexible y una estructura basada en la agilidad, la transparencia y la colaboración.