Motor

Toyota C-HR 2.0 Electric Hybrid

Mayor potencia para el renovado SUV más original del mercado

Mariano García Viana | Miércoles 02 de septiembre de 2020
Hace unos meses el C-HR, conservando su exclusivo y atrevido diseño, incorporó algunos acertados retoques en su exterior e interior, pero sobre todo incorporó un motor de dos litros que ha hecho subir la potencia hasta los 184 CV. id:62609

Efectivamente, el que pudiéramos llamar nuevo C-HR, ha incorporado bajo su capó un nuevo motor de 1.987 c.c. que ofrece un rendimiento de 152 CV a 6.000 r.p.m. y un par de 190 Nm a 4.400/5.200 r.p.m., potencia que sumada a la que aporta el motor eléctrico, como luego veremos, se convierte en un total de 184 CV, lo que es una subida más que importante con respecto a la versión anterior de 122 CV que seguirá comercializándose. Un motor de gasolina que tiene un funcionamiento suave y silencioso, a no ser que se le exija subir de vueltas de forma brusca, entonces se deja oir notablemente como es habitual en los híbridos de Toyota y otras marcas que emplean la caja de cambios de múltiples velocidades, junto con el motor de ciclo Atkinson. Ahora bien, insistimos que salvo esa situación. Su funcionamiento es realmente suave, pues además su acoplamiento con el motor eléctrico esta más que logrado. La velocidad máxima no es muy elevada, 180 km/h, mientras que la aceleración es más significativa, pues en esa situación el empuje de motor eléctrico se nota de forma definitiva, solo 8,2 segundos de 0 a 100 km/h.

Por su parte, el motor eléctrico, situado al igual que el de combustión en posición delantera y transversal, entrega una potencia de 109 CV y un par de 202 Nm. En las arrancadas suaves el empuje viene de este motor, con lo que éstas son silenciosas, mientras que si queremos arrancar con rapidez y brío, la combinación de los dos motores tiene dos consecuencias, por un lado una aceleración digna de un deportivo, con los 184 CV empujando al unísono y por otro una subida notoria del nivel sonoro debido al motor de combustión. Al ser un híbrido autorrecargable el C-HR, donde puede sacar más partido a la utilización del motor eléctrico y lógicamente de minimizar el consumo es en los recorridos por ciudad o trayectos más bien cortos, donde las frenadas o retenciones recuperaran con más facilidad energía para recargar la batería, pues en un viaje largo por autopista, si circulamos rápido será el motor de combustión o ambos los que “empujen” al coche, con lo que el consumo de electricidad será mayor. Es importante señalar que en una utilización mixta el consumo de combustible apenas llega a los 6 litros, siempre, claro está, que no queramos constantemente sacar partido a toda la potencia del coche. De todas formas, si se quiere conducir en modo eléctrico el mayor tiempo posible, se puede pulsar el botón EV-Mode que, siempre que no se pise el acelerador con fuerza, se puede apurar prácticamente toda la carga de la batería, aunque existe el inconveniente que una vez agotada, tendrá el coche que utilizar constantemente el motor de gasolina para recargar. La batería, situada bajo el asiento trasero, es un acumulador de níquel-hidruro metálico.

Con todo ello conducir el nuevo C-HR es de lo más agradable, normalmente silencioso y capaz de acelerar de forma contundente, transmite además una alta sensación de seguridad, debido a unas suspensiones muy bien equilibradas y eficaces, con un sistema McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, con barras estabilizadoras en ambos ejes. Una combinación que además de permitir una conducción rápida y segura por zonas viradas, cumplen perfectamente el compromiso entre el confort y esa mencionada eficacia rutera. Para rematar esas estupendas sensaciones, el equipo de frenos se muestra contundente cuando se le necesita y no muestra signos de fatiga aunque se le utilice con intensidad. Por otra parte, el conductor puede variar la respuesta del sistema híbrido seleccionado los programas Sport, Normal y ECO. La diferencia entre ellos se nota principalmente en la contundencia de respuesta del motor al acelerador (mayor en Sport que en Normal y, a su vez mayor en Normal que en ECO) y en la asistencia de la dirección (menos asistida en Sport que en los demás).

El nuevo C-HR conserva las líneas originales y exclusivas de la que pudiéramos llamar generación anterior, es decir, que los cambios introducidos son realmente sutiles, como son la estructura de los faros, que con un tamaño similar a los anteriores, ahora llevan una línea blanca luminosa opaca, como parte de la luz de día, en su parte superior, mientras que otros tres potentes leds la completan, junto al faro principal full led que proporcionan un haz de luz muy uniforme y potente. También cambian de ubicación los antiniebla que ahora van incrustados en las falsas entradas de aire verticales de los laterales del frontal. Igualmente varia la franja que recorre esta parte delantera y que divide la gran entrada de aire inferior, que ahora es negra en lugar del color de la carrocería. El resto del frontal es muy similar a lo ya visto, con un capó casi horizontal, pero muy moldeado para adaptarse a la forma de los faros que le “invaden” en sus laterales.

En la visión lateral apenas hay cambios y sigue apreciándose claramente la alta cintura del C-HR, pues la parte de chapa duplica la acristalada, que se va estrechando según se prolonga hacia la parte trasera. Es muy original que la ventanilla trasera se corta es su parte superior, mucho antes de llegar al final de la carrocería, hecho este que facilita el que el mando de la puerta trasera se medio oculte en el ancho marco de esta parte de la puerta. Unas sinuosas formas unen las dos aletas, que remarcan abultadamente los pasos de rueda, mientras que las bonitas llantas de aleación, de 18”, son totalmente negras y completan una silueta más que personal, pues incluso se puede apreciar en esta visión la enorme visera que protege la superinclinada luneta. Y ya que mencionamos la luneta, tan inclinada como la de un coupé, entramos en la parte más original todavía del modelo. El alerón que la protege además de tener un más que generoso tamaño, no es macizo y por sus huecos deja pasar la luz. Al igual que la parte delantera, que es casi vertical, el panel posterior, a partir del final de la luneta es casi vertical, pero eso si lleno de distintas formas y muy trabajado. En sus extremos se sitúan los grupos ópticos en forma de boomerang, que ahora son de led de efecto tridimensineal y sobresaliendo de tal manera que forma parte de la silueta posterior del modelo, como también lo forma la parte posterior de la aleta trasera que sobresale bajo los citados pilotos. Catadiópticos verticales y luz antiniebla en la parte central del difusor trasero, que ahora esta rematado por unas líneas cromadas.

El interior del C-HR es prácticamente el de la versión anterior, por lo que conserva también su punto de originalidad y personalidad. El salpicadero tiene una parte en piel, de un tono, en este caso marrón y parte en material plástico de color negro. Sin llegar a decirse que sea lujoso, desde luego denota una excelente terminación y un superior ajuste de todos sus elementos, pues además los asientos tienen un diseño que mezcla el tejido ligeramente decorado en su parte central y la piel en el resto, resultando muy acogedores, modernos y lo que es más importante, que sujetan muy bien el cuerpo. El cuadro de mandos, tiene doble visera, la general del salpicadero y las independientes para cada uno de los dos grandes relojes que la presiden, para cuentavueltas y velocímetro. Entre ellos una pantalla ofrece una completa información de ayuda a la conducción. Pero lo que quizás llama más la atención es la pantalla multifunción de 8 pulgadas, que a pesar de esta dentro del diseño general del salpicadero está situada en lo alto de él, sobresaliendo de forma independiente. Bajo ella se encuentran, las salidas de aire centrales y los mandos del climatizador, orientados claramente hacia el conductor. La habitual consola central vertical, se omite en el C-HR, dejando en su lugar un hueco para el móvil u objetos similares. Por tanto, solo nos encontramos con la parte horizontal, que integra un respetable hueco portaobjetos, la palanca selectora de velocidad y teclas de ayuda a la conducción, además de un reposabrazos bajo el cual nos encontramos un cofre de generosa capacidad. Como hemos comentados los bonitos asientos delanteros con muy confortables, mientras que el trasero acoge mejor a dos pasajeros que a tres a no ser que sean de reducido volumen. Y hablando de capacidad el maletero dispone de 358 litros, que se pueden ampliar ya que el asiento trasero se puede abatir asimétricamente.

El C-HR es un coche bien equipado, tanto en elementos de conforto, como en los de ayuda a la conducción y seguridad. Entre estos cabe destacar todos los que conforman el denominado Toyota Safety Sense, como son el sistema de frenado de emergencia con reconocimiento de peatones (no ciclistas), avisador de alerta de cambio involuntario de carril con corrección de la dirección, conexión automática de luces de carretera, reconocimiento de señales de tráfico, control de crucero adaptativo, sistema inteligente de aparcamiento (ICS), detector de vehículos en el ángulo muerto y alerta de tráfico trasero con función de frenado……Hay también que señalar la adopción de la última generación del sistema multimedia de Toyota, que permite la integración total de smartphones mediante Apple CarPlay y Android Auto.


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