Motor

Ford Kuga PHEV 2,5 ST Line

La versión híbrida enchufable del SUV medio de Ford se muestra de lo más refinada y ahorrativa

Mariano García Viana | Jueves 17 de septiembre de 2020
La tercera generación del Kuga, recién lanzada, ofrece como principal novedad, entre otras muchas, la posibilidad de elegir entre varios sistemas motrices, Mild Hybrid, completamente híbridos e híbridos enchufables. id:63164

En esta ocasión hemos elegido para la prueba la versión que quizás resulte más interesante técnicamente y de cara a un futuro eminentemente “electrificado”, la híbrido enchufable. Empecemos diciendo que el nuevo Kuga está desarrollado con la plataforma modular que Ford denomina C2, que es más ligera que la utilizada anteriormente y además proporciona un 10% más de rigidez torsional, para así mejorar la dinámica de conducción.

El nuevo Kuga con sus 4,62 metros de longitud, es más largo (8,9 cm) y más ancho (4,4 cm.) que la anterior generación, al igual que también ofrece una mayor distancia entre ejes lo que facilita aumentar el volumen y el aprovechamiento del habitáculo. Como también es más bajo, el aspecto general del Kuga es más agresivo y hasta más deportivo que el diseño anterior, más parecido a un SUV clásico con líneas más cuadradas. El capó igualmente más largo, presenta unas elaboradas formas que lo estrechan por el lateral y desemboca en los faros de tecnología full led, que proporcionan una excelente iluminación inteligente. Como ya es habitual en los nuevos diseños en general, la negra parrilla de generoso tamaño es prácticamente vertical y prominente, “adelantándose” incluso al paragolpes. En él y en los extremos, unos negros huecos, divididos en dos por una línea del color de la carrocería, se alojan a los antiniebla y en la parte más baja los radares de obstáculos. Entre estos huecos una entrada de aire completa un personal frontal.

Lateralmente es como mejor se aprecia la transformación del Kuga de esta nueva generación. El largo capó, la menor altura y la mayor inclinación tanto del parabrisas como de la luneta trasera, le confieren un rasgo de SUV moderno y aerodinámico, mucho más que la generación anterior que se aproximaba en su diseño al monovolumen C-Max al tener las líneas más rectas y verticales. Volviendo a nuestro Kuga, destaca que las barras del techo apenas sobresalen de este y el que la línea inferior de las ventanillas se eleva suavemente desde el inicio de la puerta trasera, hasta formar un ángulo con la tercera ventanilla. Sinuosas formas aerodinámicas discurren acertadamente, por la parte media de las puertas para dar una mayor fluidez a esta visión lateral, en la que igualmente se aprecia la prolongación lateral de los faros y los grupos ópticos traseros. Las llantas de aleación, de también acertado diseño, son de 18” en esta versión S-Line, como son del mismo color de la carrocería, los protectores inferiores de las puertas y pasos de rueda. En la parte posterior, lo más relevante es el gran alerón, que se prologa por los laterales, que “protege “ a la inclinada luneta, las luces a base de led a excepción de los intermitentes, las suaves formas del portón y la doble salida de escape situada en los laterales del paragolpes.

En cuanto al interior, como ya hemos dicho, ha ganado en espacio disponible al tener una mayor distancia entre ejes. Nada más abrir las puertas la sensación que se percibe es la de una buena terminación y una buena calidad en todo aquello que nos rodea, a pesar de que, por ejemplo el salpicadero deja ver mucho las superficies de plástico, pero aun así se aprecia un buen ajuste y un tacto agradable. El cuadro de instrumentos es una pantalla LCD de 12,3 pulgadas, que utiliza tecnología “Free form”, que presenta circuitos integrados en toda la pantalla, lo que permite a los diseñadores moldearlo en formas que van más allá del diseño rectangular tradicional. Además, el panel de instrumentos digital de 24 bits en "color verdadero" genera imágenes e iconos detallados, de alta definición y más intuitivos, que se muestran en todo el espectro de colores, lo que los hace más brillantes, menos cansados para los ojos y más fáciles de leer, teniendo además la posibilidad de cambiar el aspecto de los indicadores en función del modo de conducción elegido u ofrecer un indicador de potencia, como es este caso, al ser un híbrido. La información se complementa con una pequeña pantalla retráctil de policarbonato que se despliega por encima de la visera de la instrumentación, ante los ojos del conductor, siendo visible incluso aunque éste utilice gafas polarizadas. La información proyectada incluye velocidad (único contenido que siempre está presente); reconocimiento de señales de tráfico, el control de crucero adaptativo, navegación, etc.

La pantalla táctil multifunción, de 8 pulgadas, se sitúa en el centro del salpicadero de forma prominente y sobresale bastante sobre la línea de éste, lo que facilita el que solo son un vistazo se aprecie la información que busquemos. Bajo la pantalla encontramos los mando del excelente equipo de sonido y algunas teclas auxiliares, así como las dos salidas de aire centrales de generosos tamaño y más abajo los mandos circulares y sus teclas correspondientes, del potente climatizador bizona. En el lado del acompañante la tapa de una gran guantera ocupa toda la parte media e inferior del salpicadero. Es de destacar el que todos los mandos quedan muy a mano y son fáciles de utilizar, incluidos los situados en el propio volante.

Los asientos no solo tienen un excelente aspecto, sino que además resultan muy cómodos y sujetan muy bien el cuerpo en el caso de los delanteros, mientras que el trasero, por diseño acoge mejor a dos personas con su reposabrazos central, que a tres, aunque por espacio podría viajar perfectamente otro ocupante. Son de piel en los laterales y de Alcantara en la zona central. Gracias a los reglajes eléctricos, en el caso de el del conductor, éste puede encontrar una postura confortable ante el volante en cuestión de segundos. Por su parte el trasero se puede mover a través de carriles, hacia atrás para dejar más sitio para las piernas de los pasajeros o hacia delante para ganar 67 litros al maletero. También se puede hacer el desplazamiento hacia delante y hacia atrás en una proporción 40/60, además hay que contar con calefacción en los asientos laterales y con salidas de aire del climatizador. Al plegar todo el asiento trasero, el maletero pasa de 411 litros de capacidad, en esta versión híbrida, a 1.481 litros. Como dato curioso digamos que para ocultar el posible equipaje, en lugar de la típica persiana enrollable, en este caso se cuenta con una cortinilla que se levanta al abrir el portón, un sistema que transmite cierta fragilidad. Por cierto, el citado portón dispone de apertura electrónica con función de manos libres, al activarse con el pie.

Pero las novedades del nuevo Kuga, no se quedan en su estructura, diseño e interior, sino que también ofrece unas interesantes novedades mecánicas, como ya anunciábamos en la entradilla y confirmábamos en el texto con la prueba de esta versión híbrido enchufable, versión que nos gustado sobremanera, ya que la combinación del motor de combustión con el eléctrico tiene un funcionamiento estupendo. Empezando por el motor de gasolina, digamos que este es un Duratec de ciclo Atkinson, de 2,5 litros de cilindrada, todo de aluminio, que ofrece un rendimiento de 152 CV, al que hay que sumar la parte correspondiente a los 132 CV del motor eléctrico, por lo que la potencia total disponible es de 224 CV. La batería de iones de litio, en posición central, tiene una capacidad total de 14,4 kW/h y útil de 10,6 kW/h, por lo que, aunque el indicador nos señale en un determinado momento que la batería esta agotada, si necesitamos empuje para por ejemplo adelantar, siempre podemos disponer de la potencia total. La autonomía en modo eléctrico total, es de 56 km., aunque hemos visto cargando la batería en casa en varias ocasiones, que el indicador no señalaba una autonomía de 58, 60 y hasta 65 Km. La carga en un enchufe doméstico, desde 0, es de unas 8 horas, mientras que en un poste público, desde 0 el tiempo sería de unas 4 horas y media.

El conductor puede influir en la gestión híbrida mediante un selector que ofrece las posiciones, Normal, ECO, Deportivo, Terreno húmero y Sendero. Pero quizás el más importante para la “administración eléctrica” sea el botón EV, que mediante pulsaciones, que se reflejan en la pantalla, se pueden elegir cuatro formas a elegir, Híbrido (Que es en la que arranca el coche por defecto, el funcionamiento de ambos motores es alternativo según las circunstancias, pero predominando el modo eléctrico mientras haya batería), Eléctrico, en el que se usa la batería y el motor eléctrico como “dominante”, Reserva de energía eléctrica, mediante el cual el motor de gasolina funciona predominantemente, reservando la electricidad para un momento elegido, por ejemplo para entrar en una ciudad sin contaminar y finalmente función de Recarga, en la que el motor de combustión carga constantemente la batería. A estas posiciones de gestión de la energía eléctrica y la térmica, hay sumar la que realiza el coche según su funcionamiento, recarga automática de la batería al frenar o en las retenciones prolongadas, al modo de un híbrido autorecargable. Todo este funcionamiento, como hemos dicho puede ser visualizado por el conductor en la pantalla multifunción.

En distancias más o menos cortas, de alrededor de 50 km. el ahorro de combustible es total, pues se pueden cubrir en modo eléctrico totalmente, ya en distancias medias utilizando su función más común la de híbrido, combinando ambos sistemas automáticamente, las distancias a cubrir idealmente subirían alrededor de los 150 km. en los que se puede obtener un consumo medio de un litro y medio de gasolina. Ya en viajes largos, en los que lógicamente la utilización híbrida, agota la batería y por tanto el motor de gasolina funcionaría constantemente, tampoco el consumo es elevado y se mantiene muy contenido, El cambio es del tipo de variador continuo, pero al contrario que otros modelos que utilizan este sistema, el motor, aunque se le acelere con decisión y se le suba de vueltas, siempre se muestra discreto y con un nivel sonoro muy bajo. Para manejar el movimiento, contamos con una rueda selectora, situada en la consola horizontal muy al alcance de la mano, tipo Jaguar, pero hay que acostumbrarse a manejarla, para no tener que mirarla cada vez que se actúa sobre ella en las maniobras de aparcamiento y saber en que posición la ponemos. Estas posiciones son P, R, N y D y en el centro de la rueda, un botón con la letra L que activa la retención intensa.

El Kuga híbrido es un coche noble y que no plantea problemas de estabilidad en una conducción normal y hasta dinámica, las suspensiones con McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, con sus correspondientes barras de estabilidad, se encargan con eficacia de sujetar al coche y de proporcionar comodidad a los ocupantes. No es un coche deportivo ni mucho menos, pero se puede mantener una media alta y silenciosa con suma facilidad. La dirección quizás sea un poco lenta en maniobras rápidas, mientras que los frenos actúan de forma contundente nada más pisar el pedal, por lo que hay que modular la presión con cierta delicadeza para no resultar bruscos.

El equipamiento es de lo más completo en esta versión ST Line y tanto en elementos del confort, como de ayuda a la conducción y seguridad, como en los que se refieren a comunicación e infoentretenimiento, el Kuga Hibrido está bien surtido. Por citar algunos de ellos podemos señalar, carga inalámbrica de móviles, Apple CarPlay y Android Auto, Activa Park Assist 2, que permite maniobras de aparcamiento totalmente automatizadas, programador de velocidad activo, alerta de vehículos en el ángulo muerto de los retrovisores, detección de obstáculos con frenado automático de emergencia, alerta de dirección incorrecta que avisa al conductor si éste intenta acceder a una calle en sentido prohibido, sistema de mantenimiento de carril que incluye un contraviraje si cuando queremos cambiar de carril viene un coche demasiado cerca por el carril que queremos invadir, reconocimiento de señales de tráfico, etc., etc., etc.

En definitiva, nos ha gustado el Kuga Híbrido enchufable e independientemente de este completo equipamiento, su acertado diseño o su acogedor habitáculo, su funcionamiento como híbrido, suavidad, autonomía y perfecto equilibrio entre el motor de combustión y el eléctrico, le hace ser uno de los mejores, por no decir el mejor, híbridos enchufables que hemos probado.


Noticias relacionadas