Cuando alguien no tiene más dinero que aquel que destina a los gastos personales imprescindibles -alquiler, luz, agua, teléfono, comida o libros y cuadernos para los niños- es muy probable que no pueda atender sus compromisos financieros -recibos de préstamos o hipotecas, por ejemplo-.
Así, las deudas impagadas van creciendo mes a mes y las reclamaciones también. Las reclamaciones suelen estar a cargo de empresas de recobro expertas en intentar cobrar mediante todo tipo de sutiles amenazas: que si nos van a incluir en algún fichero de morosos, y ya nunca más accederemos a un crédito, o, simplemente, que nos van subastar la casa. Hay que tener nervios de acero para resistir esas llamadas o leer con tranquilidad las cartas que nos anuncian todas las penas del infierno financiero.
Cada una de esas empresas de recobro solo está preocupada por recuperar lo que dicen que les debemos -suelen incluir unos intereses y gastos de gestión más que discutibles- lo antes posible, aunque en la situación actual no logran muchos éxitos porque de donde no hay no se puede sacar.
Antes de llegar a esa situación de asfixia financiera que no nos deja ver más que el día a día, y el siguiente suele ser peor que el anterior, y también antes de que a los problemas económicos se añadan depresiones o divorcios es cuando hay acudir a unos buenos abogados para tus deudas, acostumbrados a resolver casos como el nuestro y mucho peores.
Acompañados por empresas como Solventa tu Deuda, firma de abogados y economistas con implantación en casi toda España, podremos acogernos a la Ley de segunda oportunidad, renegociar todas las deudas pendientes, incluso obteniendo una quita importante -al fin y al cabo los bancos y otras entidades financieras también prefieren un acuerdo razonable a un mal pleito- rebajando los intereses y a con unos plazos que nos permitan vivir dignamente. Todo esto sin contratar nuevos créditos para pagar los anteriores y sin pedir avales a la familia.
Para acogerse a la Ley de segunda oportunidad hay que cumplir una serie de requisitos, los más importantes son:
Si siempre es importante actuar cuanto antes, en estos tiempos de Coronavirus lo es aún más. Personas físicas, autónomos o administradores de empresas, que pueden acabar respondiendo con sus bienes por las deudas de aquellas, no pueden dejar la solución de sus problemas financieros para el último minuto, porque quizá ya no habrá salida posible.