La economía, alentada por la relajación de las medidas de bloqueo y la continuación de los planes de recuperación, está empezando a recuperarse, especialmente en Estados Unidos:
Aunque claramente parezca pesimista en términos absolutos, el rendimiento de los negocios ha demostrado ser sorprendentemente positivo durante los meses de verano:
Tras haber suspendido los anuncios de previsiones de negocio durante la crisis, las empresas vuelven a compartir dichas informaciones, lo que constituye en sí mismo un factor alentador.
Sin embargo, se mantiene una cierta cautela por el temor a que la recuperación se agote más allá de un resurgimiento inicial de la actividad. En efecto, las tasas de desempleo parecen destinadas a obstaculizar el repunte del consumo a medio plazo, en particular en los sectores más expuestos a las medidas restrictivas en materia de salud, como el turismo, la restauración y el ocio. Aunque lo peor de la crisis parece haber quedado atrás, el calendario económico es delicado a corto plazo, con una posible segunda oleada de la pandemia, las elecciones en Estados Unidos, el retorno de las tensiones entre China y Estados Unidos (los uigures, tensiones sobre el stock de tecnología, Hong Kong, etc.), y las tensiones en el Mediterráneo entre Turquía y varios países europeos. A más largo plazo, también será necesario gestionar la deuda, especialmente la acumulada por Estados en respuesta a los diversos programas de recuperación introducidos, así como por determinadas empresas.
¿Qué oportunidades de inversión nos esperan?
Parece prematuro intentar comprender plenamente todos los cambios que ha provocado la crisis sanitaria. Sin embargo, ya podemos ver algunos movimientos que se están produciendo:
A más corto plazo, consideramos que con los planes de estímulo de los bancos centrales y la mejora de las perspectivas económicas (tasas de impago inferiores a las previstas, temporada de resultados mejor que de lo previsto, crecimiento de Estados revisado al alza), los activos de riesgo seguirán siendo particularmente atractivos para los inversores que buscan rendimiento en un contexto de tipos de interés persistentemente bajos, aunque ciertos episodios de volatilidad tendrán que ser gestionados antes de que finalice el año.
La búsqueda de rendimiento por parte de los inversores se verá reforzada por el histórico cambio de "filosofía" de la Reserva Federal, anunciado por J. Powell en el simposio de Jackson Hole a finales de agosto, que favorece la recuperación económica frente al control de la inflación y, por tanto, mantiene los tipos de interés bajos.