Este dato de afiliación, junto a los 26.329 parados menos que también ha dejado septiembre, muestra una evolución positiva del mercado laboral. Pero una mirada más detallada revela ciertos desequilibrios importantes en función de los sectores. Así, en términos relativos, la afiliación ya casi ha recuperado sus niveles de febrero en el sector primario y en la construcción (caídas inferiores al 1 %), mientras que en la industria todavía está lejos (-1,6 %).
Pero el sector más relevante es el de los servicios, ya que emplea a tres de cada cuatro trabajadores que hay en España. De los 374.000 afiliados menos que hay en con respecto a febrero, 316.000 corresponden a este sector, una cifra solo un poco superior a la que le corresponde por su peso en el conjunto del mercado laboral. De hecho, en términos relativos, la caída total de la afiliación (-2 %) y la de la afiliación en los servicios (-2,2 %) no tienen grandes diferencias.
Mirando ya a futuro, para llegar a febrero de 2021 igualando los niveles de un año antes es imprescindible la recuperación de este sector clave. Pero hay dos variables que inciden especialmente en los servicios: la estacionalidad y la propia evolución de la situación sanitaria.
Respecto a la estacionalidad, y una vez pasado el periodo estival, hay que poner la vista en la campaña de compras navideña, donde muchos comercios se juegan su balance anual. Y sobre la situación sanitaria, es necesario advertir de las graves dificultades de la hostelería, pero también del sector comercial, si no se logra contener la expansión de la enfermedad registrada en el último mes.
Igualar el próximo mes de febrero los niveles de afiliación supone, en términos de empleo, dar por perdido todo el año 2020. Pero es el mejor de los escenarios posibles. Y ese objetivo solo es alcanzable si la situación sanitaria evoluciona positivamente, algo que ahora mismo no está claro.