“Estamos muy orgullosos de nuestro equipo de Eisenach y del excelente trabajo que se ha hecho aquí a lo largo de 30 años”, expone el consejero delegado de Opel, Michael Lohscheller. “Ya sea un Vectra, un Astra, un Corsa, un ADAM o, ahora, un Grandland X; todos ellos han salido de las líneas de producción de Eisenach con unos elevados estándares de calidad. Con nuestro compromiso en Turingia, también hemos hecho una importante contribución a la unificación alemana”.
Desde el primer día, Opel ha adoptado constantemente nuevos sistemas de producción en Eisenach. Planificada según los principios de fabricación eficiente y equipada con los más modernos sistemas, la planta de Turingia trabaja con una productividad y una calidad especialmente altas. El año pasado se llevaron a cabo importantes trabajos de modernización en la planta para permitir la integración de la plataforma EMP2 de Groupe PSA. Prácticamente, se ha modernizado hasta el más pequeño rincón. Entre otras cosas, el “matrimonio”, el proceso en el que se juntan el chasis y la carrocería, se ha actualizado por completo y se ha introducido un proceso de pintura más eficiente y respetuoso con el medio ambiente. El profundo trabajo de conversión y la producción del Opel Grandland X no sólo aseguran un futuro sostenible para la planta, también supone un importante pilar en la ofensiva de electrificación de Opel. El exitoso SUV, ya sea en su versión híbrida enchufable o con los clásicos motores de combustión, sale de la línea de montaje en Eisenach.
Todo comenzó con una decisión democrática en 1990
Gracias a los fundadores Wolfram Liedtke y Louis R. Hughes se creó la planta de Opel en Eisenach. Liedtke, director general de la fábrica de automóviles de Eisenach (AWE), y Hughes, entonces director general de Opel, abogaron por la decisión a pesar de la fuerte oposición que tenían. Todo ello motivado porque la DDR-Automobilkombinat (RDA de automóviles combinada) tenía otros planes para la AWE. Sin embargo, como durante mucho tiempo éstos no estuvieron claros, y el futuro de los trabajadores de Eisenach resultaba incierto, Opel presentó un convincente plan. Entonces, Liedtke trabajó para dejar la antigua la DDR-Automobilkombinat y seguir su propio camino en Eisenach.
La plantilla de trabajadores apoyó plenamente a Liedtke y defendieron su fábrica y su futuro. Las decisiones se tomaron democráticamente tras una reunión de todos los empleados en 1990. El miembro del Consejo de Administración de Opel, Hughes, hizo un viaje especial y respondió a todas las preguntas de los empleados, que posteriormente votaron a favor del compromiso de Opel por una gran mayoría.
Todo comenzó a suceder muy rápido, siempre bajo el lema “Opel apuesta por Eisenach”. Con el novedoso sistema de producción de Opel, la compañía se constituyó como el primer fabricante europeo en introducir métodos de producción completamente nuevos en Eisenach. Había cinco principios fundamentales: la implicación de los empleados, la mejora continua, la garantía de calidad desde el principio, la estandarización y los cortos plazos de entrega gracias a una logística perfectamente organizada. Opel siempre ha establecido los más altos estándares en el área de gestión ambiental en Eisenach. Los ciclos de reciclaje para la reutilización de los residuos de producción o una moderna planta de tratamiento de aguas que cumple con las más altas exigencias son sólo dos ejemplos de la sostenibilidad de su sistema.