Almoguera y punto

Errores más usuales de un emprendedor

José Antonio Almoguera | Lunes 05 de octubre de 2015
Los errores empresariales son la salsa de todos los negocios y hay que saber que siempre existirán errores. Si un emprendedor no asume que se van a producir y que va a luchar para resolverlos, es mejor que no empiece la actividad.

Comúnmente, los empresarios se enfrentan a infinidad de adversidades que en algunas ocasiones pueden acabar con la idea empresarial. Y aunque son difíciles de calcular, la mayoría de contratiempos son predecibles.

Según diversos especialistas, estas adversidades se pueden evitar si se tiene en cuenta que todas las ideas innovadoras, aunque funcionan en algunos casos, siempre representan un riesgo.

Aunque la gran mayoría de estos "errores" se originan en planes viables y con sentido común. Analizaremos algunos de los errores más frecuentes en el ámbito empresarial:

a) Socios "por mitades"

Cuando se estructura la sociedad por mitades siempre se producirán problemas entre los socios, especialmente, cuando las cosas vayan mal y es una de las principales causas de fracaso empresarial y pérdida de amigos y/o familiares que hayan emprendido el negocio con nosotros.

La idea de que son mejores y más equitativas las sociedades en las que los socios tienen la misma participación puede ser equivocada y, por el contrario, se considera una trampa peligrosa que puede llevar a la quiebra.

La solución está en contratar a una persona que tome el control de la empresa y en quien los dueños puedan depositar su confianza y que haya una mayoría que pueda hacer que la empresa funcione en caso de discrepancias entre los socios.

b) El derroche

Siempre habrá tiempo para poder gastar de forma más desenfadada (comidas, viajes, turismos, etc.). Lo primero que hay que hacer es invertir en avanzar y hacer que los ingresos se incrementen.

Una empresa que comienza con equipos y muebles elegantes, lo mejor en infraestructura y sueldos de gerencia elevados, está abocada a la quiebra. Esto es lo mismo que hacer una fiesta de graduación cuando hasta ahora se va en primer semestre. Los empresarios más exitosos han aprendido que la falta de liquidez puede ser la muerte, por eso son muy precavidos a la hora de gastar el dinero y van aumentando sus costos a medida que la empresa va progresando.

c) Los precios inadecuados

Una empresa comienza mal cuando su premisa de ventas consiste en ofrecer precios más bajos que los de la competencia. Eso es tan ilógico como esperar que un país pequeño se enfrente a una súper potencia. Lo mejor es fijar los precios de acuerdo con el mercado.

d) Capital Insuficiente

Es el caso de aquellos empresarios que piensan que se puede comenzar un negocio con un capital por debajo de lo necesario, confiándose en las futuras ganancias. La historia y las leyes de Murphy han demostrado que en 90% de los casos las ventas no alcanzan a presentar el margen de ganancia esperado. De ahí que sea recomendable empezar con más capital del que se cree se va a necesitar.

e) Falta de idea principal en la actividad empresarial

El recurso más valioso de una nueva empresa es el talento y el hacer las cosas bien desde el principio es un enorme desafío. Por el contrario, cuando se intenta realizar dos o tres actividades al mismo tiempo, se puede caer en la mediocridad o en algo peor. Lo adecuado es seleccionar bien las oportunidades antes de comenzar y concentrarse en el ambiente del mercado y la competencia.

f) No admitir los errores

Psicológicamente una de las trampas es pensar que "ya invertimos mucho en esto como para salirnos ahora". Por muchas razones (miedo, ego, etc.) es difícil admitir que se cometió un error y no se toman las medidas correctivas a tiempo. Así que lo mejor es aceptar que se perdió una suma de dinero y buscar las razones que lo motivaron, para que no se vuelvan a repetir.

g) Confianza en el mejor cliente

Se califica como la trampa más dolorosa, porque golpea después de un largo período de éxito y se presenta cuando una compañía ha tenido muy buenas relaciones con un cliente, gracias al cual se han efectuado buenos negocios. De repente "el mejor" comprador deja de hacer la misma cantidad de pedidos o simplemente empieza a incumplir con sus pagos. Por eso es importantísimo reducir la dependencia en un sólo cliente.

h) Diversificar

Si no se conocen en el mercado, la tecnología, las intimidades de los compradores, las tendencias, las relaciones o la competencia, es mejor no meterse en un negocio.

i) Litigio emocional

El tiempo, el dinero y el esfuerzo que se emplean en los líos judiciales muchas veces lleva a un desgaste emocional que no es compensado con nada. Por eso, antes de que los empresarios decidan meter su compañía en problemas judiciales lo mejor es asesorarse con alguien que pueda decir si el litigio vale la pena.

j) El producto "Nunca listo" para el mercado

Los diseñadores y los ingenieros nunca muestran sus creaciones hasta que no consideran que están perfectas. Esto es desproporcionado porque la tecnología siempre evoluciona y siempre hay una mejoría que se puede hacer. Así que cuando un empresario tenga un producto que represente una opción mejor a la de la competencia no debe esperar a que sea perfecto: debe sacarlo al mercado.

k) Investigación de mercado inadecuada

Sobre este tema se podría escribir todo un libro, ya que las fallas en la investigación de mercado son causas seguras del fracaso.

l) No hay razón para que el cliente cambie

Los mejores esfuerzos empresariales pueden surgir del desarrollo de una matriz de la competencia, que incluya las razones que motivan a la gente a la hora de comprar. Si al revisar dicha matriz, el empresario no encuentra ninguna razón para que los compradores se cambien a su producto, lo mejor es que no se meta en el negocio.

m) El descontrol del crecimiento

En muchas ocasiones se presentan elevados crecimientos en los volúmenes de ventas, lo cual es muy peligroso porque en cualquier momento se puede pasar del éxito a la bancarrota. Cuando esto ocurre, muchas cosas pueden salirse del control, como los créditos, la contratación del personal, el servicio del cliente, el control de calidad, etc. Si un empresario empieza a sentir que su compañía está funcionando tan bien que se le sale de sus manos, es aconsejable que dé un paso atrás y mire las cosas objetivamente, para así poder ajustarse a al nueva situación.