En cambio lo que sí que es seguro, es que el covid será el culpable de la muerte de muchos establecimientos de restauración, empresas de distribución y de sus puestos de trabajo.
El sector de la hostelería y su distribución en Cataluña tienen un peso del 7,6 del PIB, da trabajo a 300 mil personas, son un pilar de la estabilidad económica de nuestro país manteniendo empleos estables y con sus impuestos contribuyen a la mejora de un estado de bienestar, tan necesario en estos momentos.
La hostelería se ha quedado con muy poco consumo, se ha quedado sin turistas, le han limitado los aforos, los horarios, le han implementado medidas de seguridad, y últimamente le han sacado las exenciones a la seguridad social de los Ertes, ¿qué más? Hay que tomar medidas priorizando la sanidad, pero con tino y que a medio plazo los remedios no sean peores que la enfermedad.
Sean razonables: apliquen, si es necesario, recomendaciones más exigentes y objetivamente fiables, eduquen, pero no maten la hostelería.