Economía

La trayectoria del dólar suspendida por las elecciones americanas

Benjamin Dubois, Rothschild Asset Management.

OPINIÓN: Por Benjamin Dubois, Head of Overlay at Edmond de Rothschild Asset Management

Lunes 19 de octubre de 2020
El pánico financiero causado por la Covid-19 y la paralización de la economía global se han controlado gracias a los planes presupuestarios y a las medidas monetarias de los bancos centrales. id:64176

Tras haber visto caer el dólar en el punto álgido de la crisis, acelerado por el temor a la escasez, la moneda estadounidense está registrando en la actualidad el fuerte tirón de la gravedad gracias a un índice DXY que ha bajado un 9% desde su punto álgido y un 3% desde el comienzo del año. Hay varias razones por las que la moneda más buscada desde el final de la crisis de la deuda europea (2011/2012) haya caído en desgracia entre los inversores.

El dólar es la única moneda en el mundo que tiene un estatus especial de "refugio seguro". De hecho, el dólar suele ser muy codiciado en tiempos turbulentos, como también suelen serlo el franco suizo y el yen, pero con distintas características macroeconómicas. Sin embargo, durante la pandemia de Covid-19, el dólar ha cumplido su función de activo de refugio; más concretamente, se ha beneficiado de su condición de moneda de comercio mundial.

En el punto álgido de la crisis, el dólar se disparó debido a los temores de una escasez, en primer lugar, a raíz de una avalancha de bonos del tesoro estadounidense que se consideran libres de riesgo, y en segundo lugar porque varias naciones y empresas demandaban liquidez en dólares para asegurarse que podían seguir operando durante el pánico financiero.

La Reserva Federal hizo un recorte del 1,5% en la tasa de emergencia al comienzo de la crisis (una medida que no se había visto desde la crisis financiera de 2008) y luego reaccionó rápidamente a los problemas de liquidez que afectaban al dólar. Al ver los primeros signos de colapso del mercado, la Reserva Federal no perdió tiempo en realizar una inyección de liquidez sin precedentes a través de su mercado Repo en Nueva York, al mismo tiempo que abría líneas de intercambio con la mayoría de los bancos centrales del mundo. El objetivo era aliviar gradualmente la tensión en el mercado de futuros.

La inflación y los tipos reales a la espera

La caída de la rentabilidad de los bonos del Gobierno de los Estados Unidos, impulsada por una creciente demanda de activos sin riesgo (Treasuries), conducirá automáticamente a una caída de los tipos reales, suponiendo que no se produzcan cambios en las previsiones de inflación. Sin embargo, desde el punto álgido del pandemónium financiero en marzo, las previsiones de inflación han vuelto a los niveles anteriores a la crisis (aprox. 1,9% anual en 5 años) según Bloomberg, mientras que la rentabilidad de los bonos de Estados Unidos se ha mantenido en su nivel más bajo (0,3% el bono americano a 5 años). Algunos cálculos rápidos muestran un tipo real a 5 años de -1,5%, el nivel más bajo desde finales de 2012. En aquel entonces, el índice DXY, que se utiliza para medir el valor del dólar frente a una cesta de divisas principales, era alrededor de un 17% más bajo que hoy (30/09/2020). Este descenso de los tipos reales en un territorio claramente negativo está teniendo un impacto directo en algo que ha sido un factor fundamental en el rendimiento del dólar frente al G10 desde 2012.

La Reserva Federal reaccionó durante su retiro anual en Jackson Hole, con el anuncio del Sr. Powell de que el banco tenía como objetivo una inflación "media" del 2%, en lugar de fijar un objetivo fijo del 2%, lo que permitía una mayor flexibilidad. Esto también significaba que los miembros del FOMC serían más tolerantes si se sobrepasaba este límite. Durante el mismo discurso, el Sr. Powell definió el horizonte de tiempo "en años", dejando la puerta abierta a tipos bajos (¿negativos?) en EE.UU durante algún tiempo.

Incertidumbre presidencial

El candidato Joe Biden y los demócratas están liderando las encuestas. En términos políticos, es probable que los resultados de la ola demócrata sean más sociales y menos pro-empresa, con un aumento en los impuestos y en el gasto público. Creemos que esto dañaría la economía y la imagen de América entre los inversores extranjeros como un paraíso empresarial, haciendo automáticamente que el país sea menos atractivo económicamente. Especialmente desde que los tipos se han desplomaron recientemente.

Sin embargo, incluso si Trump es reelegido, al dólar probablemente no le irá mejor: su comportamiento y su imprevisibilidad siguen siendo problemáticos para la inversión a largo plazo, aunque la Reserva Federal dice que estará ahí para apoyar la economía durante el tiempo que sea necesario.

Los inversores son por naturaleza sensibles a cualquier incertidumbre, lo que significa que es poco probable que haya claridad en torno al dólar hasta que no haya un claro ganador en la carrera presidencial, sea cual sea el resultado. Mientras esperamos los resultados de las elecciones de noviembre, es casi seguro que veremos un aumento de la volatilidad del dólar y seguimos siendo cautelosos en cuanto a cómo se comportará el dólar en octubre.

Sin embargo, mirando hacia el futuro, el cambio en el enfoque de la Reserva Federal en materia de inflación y las palabras pronunciadas en Jackson Hole muestran claramente que el banco central americano utilizará todo lo que esté a su alcance para ayudar a la economía, incluso socavando la razón, entre otras, de la fortaleza del dólar durante los últimos 8 años, es decir, la diferencia de los tipos reales en comparación con otros países.

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