Este desconocimiento, unido a tasas y apartados complejos, representan muchas dificultades a la hora de comprender la factura de la luz, volviéndola ilegible para la mayoría de los usuarios. Según datos del Panel de Hogares de la CNMC de diciembre de 2019 un 14% de los hogares que cambió de oferta de electricidad no vio cumplidas las ventajas ofertadas y un 8% de los que cambiaron de contrato detectaron en su factura costes adicionales que no tenían conocimiento de haber contratado. Entonces, ¿por dónde empezar para evitar sobreprecios?
Las comercializadoras del mercado regulado (grandes eléctricas de referencia conocidas) ofrecen únicamente la llamada tarifa PVPC, un precio que tiene una parte fija (los peajes), que marca el Gobierno, y otra variable que se establece cada día en el denominado ‘pool eléctrico’. En el caso de que el usuario tenga la posibilidad de acogerse al Bono Social, sin duda lo mejor es optar por esta opción. Además, los usuarios deben tener también en cuenta que muchas de las comercializadoras más conocidas tienen empresas en el mercado regulado y el libre, por lo que deberán saber en qué mercado están con el nombre de la compañía que aparezca en su factura.
También, están las comercializadoras del mercado libre que pueden ofrecer el precio que deseen, además de descuentos, ofertas y servicios extras. Existen muchos tipos de compañías que pueden ir desde ofrecer tarifas con precios fijos en las que la energía tiene siempre el mismo precio y evitas las subidas y bajadas; las tarifas planas en las que todos los meses pagas lo mismo pero a final de año tienes una regularización si has pagado menos de lo que te correspondería; o por último tarifas a precio de coste, es decir, mismo precio que el mercado regulado más una pequeña cuota mensual (el margen de la compañía). Hay que conocer todas estas tarifas para valorar qué se adecua más a tus necesidades y, además, hay que remarcar que las compañías de mercado libre más emergentes suelen ofrecer sólo energía renovable.
Es uno de los elementos que más encarecen la factura eléctrica. Si se supera la potencia, ‘saltarán los plomos’ pero también es posible que hayamos contratado de más y no estemos utilizando toda esa potencia, y es aquí donde está el potencial de ahorro.
Además, es fundamental comprobar a qué se deben estos gastos extras que está cobrando la compañía, ya que suelen aumentar mucho la factura y en la mayoría de los casos son innecesarios. En el caso de que en la factura aparezcan otros cobros adicionales como seguros de pagos, servicios de urgencia, mantenimiento de las instalaciones, etc., significa que tenemos contratado algo más que el suministro.
“Resulta fundamental entender la factura eléctrica ya que al hacerlo los usuarios podrán conocer su consumo energético de forma sencilla y tomar decisiones que les ayuden a ahorrar. Para eso hemos desarrollado herramientas como nuestra calculadora de ahorro, la cual analiza millones de datos de consumo de nuestros clientes y permite descubrir cuánto podemos ahorrar en la factura de la luz y otras medidas que les permitirán alcanzar la eficiencia energética”, afirma Jesús Miñana, director general de Lucera.