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Jugar al bingo, mejor en casa

Red Econ | Jueves 19 de noviembre de 2020
El bingo es una forma tradicional de juego que ha sido objeto de una considerable innovación en los últimos años. id:65263

Sin embargo, a la luz del rápido y creciente desarrollo de productos e innovación en el sector, consideramos importante aclarar dónde se encuentran los límites entre el bingo y otras formas de juego.

Es necesario que los operadores de bingo eviten crear y ofrecer productos que se puedan confundir con aquellos que son juegos de casino, loterías o apuestas de probabilidades fijas. En canal bingo bono sin depósito hay mucha más información sobre las nuevas modalidades online de este juego.

En el contexto de este consejo, cabe señalar también que, además, de ofrecer bingo, los titulares de licencias de locales de bingo pueden brindar también instalaciones para juegos de azar con premio, siempre que esos juegos cumplan las condiciones que se imponen a todas las licencias de explotación de bingo que impone límites tanto a las tasas de participación como a los premios.

El bingo propiamente dicho, si bien, habitualmente, se juega para obtener un fondo de premios que comprende las apuestas de los jugadores menos las tasas de participación, también puede jugarse para obtener un premio o premios fijos que no se determinan en función del número de personas que juegan ni de la cantidad pagada o recaudada por el juego y, por lo tanto, en un formato que se ajusta a la definición de juego con premio. Ese formato de bingo, especialmente cuando se juega por premios modestos, se suele denominar "bingo de premio".

Los principios fundamentales del bingo

En su desarrollo histórico, el bingo fue esencialmente una lotería jugada como un recreo. Aunque está desactualizada, un buen punto de partida para entender las características del bingo es esta descripción: "El bingo es una lotería que se juega como un simple juego". Cada jugador recibe por su apuesta un conjunto de números que no ha elegido. Estos son marcados con los números seleccionados al azar y anunciados por una persona que hace una invitación, y el ganador es la persona que primero puede justificar la pretensión de haber marcado todos esos, o una sección particular de esos, en el juego que se le ha dado.

Ahora la legislación deja claro que el bingo debe implicar un grado de participación. Para distinguir un juego de bingo de una lotería directa, se debe pedir a un jugador que participe para tener éxito. La participación podría, y tradicionalmente lo hace, adoptar la forma de una interacción humana con el juego, es decir, que los jugadores marquen activamente sus cartones y/o afirmen que han ganado. Por otra parte, como suele ocurrir en los formatos modernos de bingo, especialmente cuando se juega en línea, mediante máquinas de bingo o dispositivos portátiles, la tecnología puede utilizarse para actuar como agente del participante en el juego que éste ha iniciado. De este modo, la participación puede estar constituida por una combinación de actividades que tienen lugar tanto dentro de la mecánica del juego como por las propias acciones del jugador.

Los juegos de bingo en los que se preseleccionan los números ganadores son aceptables, siempre y cuando esos números se canten o se muestren posteriormente.

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