Con tantas opciones en el mercado, es interesante destacar cuáles son los beneficios de los modelos de suscripción, aquellos por los que el usuario paga periódicamente para recibir un producto o servicio.
Principales ventajas
La primera y principal ventaja de las suscripciones es que los clientes se vuelven recurrentes, dando lugar a unos ingresos relativamente fijos. Esta estabilidad en las ventas resultará muy beneficiosa para cualquier compañía.
Además, en el caso de que los productos por los que se paga la suscripción sean físicos (y no productos digitales), será más sencillo prever el stock necesario en función de las personas que estén suscritas en ese momento. Aunque no es algo del todo previsible, pues las suscripciones podrían subir o bajar bruscamente ante ciertos acontecimientos, puede ser una muy buena referencia en la mayoría de los casos.
Por último y no por ello menos importante, los modelos por suscripción favorecen la fidelización de los clientes. La captación de cada nuevo usuario suele suponer un alto coste y esfuerzo para las compañías, por lo que retenerlo en el tiempo será fundamental para aumentar la rentabilidad de las acciones de marketing y comunicación y los recursos empleados. En el caso de este tipo de clientes, el comercio cuenta con una gran cantidad de información que le permitirá saber más fácilmente por qué se va un suscriptor o qué puede hacer para retenerlo. Por ejemplo, un negocio como Netflix puede conocer los gustos cinematográficos de sus clientes, ofreciéndoles recomendaciones personalizadas de nuevas series o películas, e incluso promociones o descuentos para merchandise, estrenos, etc. En definitiva, pueden personalizar su oferta y sus estrategias de fidelización al máximo.
Recomendaciones
Para que un negocio por suscripción funcione correctamente y proporcione el máximo beneficio, hay algunos aspectos que deben tenerse en cuenta:
Desde la pasarela de pagos Sipay destacan la importancia de contar con un proveedor de servicios de pago que ofrezca la máxima seguridad a la hora de tokenizar (es decir, almacenar de forma segura) los datos de la tarjeta. Esto se logra gracias a certificados de seguridad internacional como es PCI DSS, uno de los mayores estándares de la industria, que permite cobrar a los clientes de forma recurrente con la mayor seguridad para ellos.