Los componentes más importantes de la nueva generación de híbridos de la Clase S de un vistazo:
El nuevo sistema de alto voltaje es más compacto y potente, mientras que el número de interfaces de alto voltaje se ha reducido significativamente. La integración de la electrónica de potencia en la carcasa de la transmisión reduce el espacio necesario, a la vez que simplifica los procesos de montaje en la planta de producción. El aumento de la tensión del sistema también incrementa la potencia, sin necesidad de secciones transversales más grandes. La alta densidad de energía del conjunto híbrido se consigue a través de un motor síncrono de imanes permanentes con un rotor interno. El par máximo de 440 Nm del motor eléctrico está disponible desde el primer instante, lo que ofrece una gran agilidad en las solicitudes al acelerador junto a un gran dinamismo en su conducción. La propulsión completamente eléctrica está disponible hasta 140 km/h, tras lo cual se reduce suavemente.
El sistema híbrido de cuarta generación permite su combinación modular con varios vehículos y motores de combustión
En la Clase S el M 256 es el primer motor de gasolina de la Familia de Motores Modulares (FAME) que se utiliza como base para un híbrido enchufable. La motorización de seis cilindros, junto con el alternador de arranque integrado (ISG), también se emplea para la versión S 500 4MATIC (consumo combinado de combustible: 8,4-7,8 l/100 km según ciclo NEDC, emisiones combinadas de CO2 192-179 g/km según ciclo NEDC, consumo combinado de combustible 9,5-8,0 l/100 km según ciclo WLTP, emisiones combinadas de CO2 216-181 g/km según ciclo WLTP) en el Mercedes-Benz Clase S.
La batería de alta tensión (HV) ha sido desarrollada por Mercedes-Benz AG. Forma parte de una familia de baterías de cuarta generación y representa una evolución lógica de la anterior generación. Consta de 108 celdas con la configuración llamada “pouch”. La capacidad total de la batería es de 28,6 kWh, lo que supone un aumento significativo de la autonomía de hasta 100 kilómetros. Teniendo en cuenta la alta densidad de energía, la batería de alta tensión tiene un sistema de refrigeración interno. Por lo tanto, el sistema de gestión térmica puede controlar la temperatura de funcionamiento independientemente de la climatización del interior del vehículo. Además de asegurar un óptimo funcionamiento en regiones cálidas y frías, esto también permite una carga rápida con corriente continua. Incluso si la batería está completamente descargada es posible efectuar una recarga completa con el cargador opcional de 60 kW de corriente continua en unos 30 minutos. El vehículo está equipado de serie con un dispositivo de carga de 3,7 kW para la carga doméstica a través de la red de corriente alterna, mientras que se ofrece un cargador de 11 kW como opción para la carga trifásica con un Wallbox.
La colocación de la batería en el vehículo aporta ventajas en el día a día en comparación con el modelo anterior: ya no está presente el escalón del maletero y ahora dispone de carga con corriente continua. El eje trasero rebaja su posición 27 mm en comparación con el resto de versiones de la Clase S, lo que también ayuda a aumentar la capacidad del maletero. Un depósito de combustible plano (capacidad: 67 litros) colocado bajo de los asientos traseros garantiza un alto nivel de confort en los asientos traseros regulables.
Más eléctrico que nunca: con una autonomía de unos 100 kilómetros, gran parte de la conducción a diario puede ser eléctrica
En general, la experiencia de conducción es significativamente más eléctrica. Debido al aumento de la autonomía eléctrica a unos 100 kilómetros, los conductores ahora pueden cubrir gran parte de sus trayectos diarios en modo completamente eléctrico. La función de recuperación permite recuperar la energía cinética durante la desaceleración o la conducción cuesta abajo, un proceso que ahora también se ha mejorado en la interacción con el freno hidráulico. La potencia de recuperación puede llegar a ser de hasta 120 kW. La estrategia de operación inteligente basada en la ruta activa el modo de conducción eléctrico en los momentos más apropiados. Por ejemplo, tiene en cuenta los datos de navegación, la topografía, los límites de velocidad y las condiciones del tráfico a lo largo de todo el itinerario planificado. El conductor que desee incidir en la potencia de regeneración puede hacerlo directamente en todos los programas de conducción, excepto en el SPORT, en tres niveles controlados por las levas tras el volante. En el programa D-, por ejemplo, el conductor puede realizar una “conducción con un único pedal”: al levantar el pie del acelerador el sistema de regeneración frena el vehículo hasta tal punto que, en la mayoría de ocasiones, no se precisa pisar el freno.
La estrategia operativa se comunica con los sensores de los sistemas de asistencia, para apoyar eficazmente al conductor en muchas situaciones de conducción. En zonas urbanas, por ejemplo, el coche dará prioridad a la conducción eléctrica. El número de programas de conducción se ha reducido para reflejar su practicidad en la vida real. Dado que el Clase S cuenta con un sistema de calefacción eléctrico y un compresor de refrigeración eléctrico, la posibilidad de programar la climatización antes de entrar en el interior del vehículo tanto en verano como en invierno supone una ventaja adicional de la tecnología híbrida enchufable. Finalmente, en función de la demanda de potencia, el motor eléctrico proporcionará al motor de combustión un impulso adicional que sitúa las prestaciones del híbrido enchufable al nivel de las del motor tope de gama del Clase S. Una prueba de ello es su par máximo, de 750 Nm.
El Clase S híbrido enchufable estará disponible con varios niveles de prestaciones y versiones de distancia entre ejes para adaptarse a una amplia gama de necesidades de los clientes, con tracción trasera o 4MATIC así como con volante a la izquierda o a la derecha.
Con 20.000 compradores en todo el mundo, la primera producción en serie del S 400 HYBRID de la serie 221 se convirtió desde 2009 en un éxito más allá de su punto de vista técnico. Consumía sólo 6,3 l/100 kilómetros (combinado) según ciclo NEDC. Las emisiones de CO2 de 147 g/km también supusieron un récord en su segmento. Estas ejemplares cifras se acompañaban de excepcionales prestaciones: el motor de gasolina desarrollaba 306 CV, mientras el eléctrico sumaba 27 CV adicionales. El par del motor de combustión interna, de 370 Nm, se complementaba con otros 250 Nm del motor eléctrico. En 2013 Mercedes-Benz lanzó el S 300 BlueTEC HYBRID, que combinaba el motor diésel de 2,2 litros de cuatro cilindros, con una potencia de 204 CV, con un potente motor eléctrico de 27 CV. El par máximo de 500 Nm desarrollado por el motor de combustión interna fue complementado por los 250 Nm de par máximo generado por el eléctrico.
El S 500 PLUG-IN HYBRID de 2014, posteriormente rebautizado como S 500 e, marcó otro hito. Con una potencia máxima de 325 kW y 650 Nm de par, aceleraba de 0 a 100 km/h en sólo 5,2 segundos y contaba con una autonomía eléctrica de hasta 33 km. Su consumo homologado era de 2,8 l/100 km, con unas emisiones de 65 g/km de CO2. Los elementos clave de su impresionante rendimiento eran su V6 biturbo y el sistema de propulsión híbrido inteligente. Su nueva batería de iones de litio de alta tensión, con una capacidad energética de 8,7 kWh, podía recargarse externamente a través de un punto de carga en el vehículo instalado en el lado derecho del paragolpes trasero.
Le siguió en 2019, cuando se introdujo la actualización de la serie 222, la siguiente generación híbrida enchufable, con una autonomía eléctrica de 50 km y una potencia de 90 kW. A pesar del incremento de la autonomía, la capacidad del maletero aumentó en 15 litros, mientras que la de carga pasó de 3,7 a 7,2 kW.