Ahora, el informe “¿Envejeciendo bien? Políticas para sostener a las enfermeras más mayores en el trabajo” basado en el informe de la Organización Mundial de la Salud “Situación de la Enfermería en el Mundo” y publicado por el Centro Internacional de Migraciones de Enfermeras (ICNM), el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) y el CGFNS International, Inc., detalla las implicaciones y las acciones políticas necesarias para retener a las enfermeras más veteranas en el lugar de trabajo. “Tenemos que mejorar la retención de las enfermeras más mayores porque si no corremos el riesgo de perder a los miembros más experimentados de la profesión en un momento en que la pandemia ha puesto al descubierto el riesgo de la escasez mundial de enfermeras”, expone James Buchan, profesor adjunto en el Centro Colaborador de la OMS en la Universidad Tecnológica de Sídney (Australia).
Todo apunta a que en 2030 los países más afectados con esta escasez de enfermeras serán en aquellos de renta media y baja, “pero los países desarrollados han de despertarse ante el hecho de que el 17% de su personal de enfermería, es decir 4,7 millones de enfermeras, sopesarán la decisión de jubilarse a lo largo de la próxima década. Por tanto, necesitamos políticas en vigor que permitan que cada enfermera envejezca bien junto con políticas dirigidas a la retención y al apoyo general a las enfermeras más mayores para que sean miembros activos de la profesión”, añade Buchan.
Migraciones
Esta carencia de personal, que las organizaciones sanitarias llevan reclamando desde hace años, se ha visto aumentada por la pandemia de COVID-19. “Tras los últimos nueve meses, las enfermeras están agotadas, algunas padecen trastorno de estrés postraumático y muchas de las que han regresado a los centros sanitarios a echar una mano no se van a quedar. También sospecho que las enfermeras que antes del COVID tenían intención de trabajar hasta su edad normal de jubilación quizá ahora piensen que han tenido suficiente”, comenta Howard Catton, director general del CIE. “En el pasado, los países ricos consideraban que la importación de enfermeras de países más pobres era una parte clave de la solución para hacer frente a sus propias carencias, algo que nunca ha sido aceptable cuando priva a los países con sistemas sanitarios más débiles de sus tan necesarios recursos de enfermería, y puede que un mundo post pandémico sea testigo de patrones migratorios diferentes en los que los países que habitualmente desempeñan el papel de ‘donantes’ dejen de hacerlo. Por tanto, cada país debe tener el objetivo de ser autosuficiente en la producción de suficientes enfermeras para cubrir las necesidades de su población”, resalta Catton.
Envejecimiento
Una de las medidas ante esta posible crisis de personas es implementar políticas que tengan en cuenta que el envejecimiento del personal de enfermería. “Comprender los retos relativos a su retención y reemplazo será fundamental para desarrollar respuestas políticas que afronten adecuadamente las necesidades sanitarias de este mundo cambiante”, expone Franklin A. Shaffer, presidente y director general de CGFNS International.
Tal y como pone de manifiesto el informe sobre la Situación de la Enfermería en el Mundo, serán necesarias aproximadamente 4,7 millones de enfermeras nuevas para el año 2030 solamente para sustituir a las enfermeras que está previsto que se jubilen… “Sin contar con los aproximadamente 5,9 millones de enfermeras que harán falta para paliar la escasez mundial que no deja de crecer. La contratación internacional de enfermeras ha de gestionarse sensata y éticamente, en línea con el Código de Prácticas Mundial de la Organización Mundial de la Salud sobre migración del personal sanitario”, puntualiza Shaffer.
"Si deseas conocer más sobre la Prevención de la Fatiga por Compasión, checa este artículo de la Universidad de Norwich: What Is Compassion Fatigue in Nursing and How Can It Be Prevented?