La Dra. Mathilde Lemoine, economista jefe del Grupo Edmond de Rothschild, ha publicado sus previsiones de crecimiento, inflación y tipo de cambio para 2021 y 2022: Se prevé que el crecimiento mundial en 2021 será del 5%, y del 4% en 2022, tras la contracción del 3,9% del PIB de este año. id:66219
En su último informe, la economista jefe del Grupo Edmond de Rothschild expone los principales puntos que respaldan su afirmación de que esta vez la situación macroeconómica es muy diferente a la de la crisis financiera de 2008. Por ello, espera que el crecimiento siga acelerándose en 2021, incluso a la espera de campañas de vacunación. Sus previsiones sitúan el crecimiento de la economía mundial en un 5% en 2021 y un 4% en 2022, tras la contracción del 3,9% del PIB en 2020.
"Por supuesto, este ejercicio exige humildad, pero desafiar los modelos utilizados para estimar los impactos de la pandemia no equivale a decir que no hay herramientas metodológicas. De ahí nuestra decisión de enero de 2020 de utilizar modelos específicos para las epidemias para explorar los efectos de la pandemia de la COVID-19, en lugar de los modelos de previsión tradicionales, como decidieron las organizaciones internacionales", señaló Mathilde Lemoine.
PREMISAS SUBYACENTES:
El repunte de Asia, junto con el fenómeno de la demanda reprimida en Europa y Estados Unidos, debería impulsar el crecimiento del comercio mundial en 2021, aunque las tensiones entre China y EE.UU. son estructurales, como ha analizado a fondo Mathilde Lemoine en documentos anteriores. "El cambio de estilo y liderazgo en las organizaciones internacionales del presidente electo Joe Biden debería reducir la incertidumbre, aunque todavía tiene que determinar el destino de los aranceles impuestos por Donald Trump. El índice de incertidumbre del comercio mundial alcanzó un máximo histórico en 2019. Subió especialmente en EE.UU., mientras que en China fue la mitad de alto. No obstante, la incertidumbre tiene una influencia directa en las decisiones de exportación, como muestran los últimos estudios econométricos. Por ejemplo, un tercio del aumento de las exportaciones chinas desde que se incorporó a la OMC se produjo como resultado de la reducción de la incertidumbre de la política comercial. La incertidumbre también afecta a los precios de las acciones y, por lo tanto, tiene un efecto directo e indirecto en las decisiones de inversión".
Las proyecciones de los tipos de cambio que figuran en el documento apuntan a un aumento de la inflación y a un incremento más pronunciado de los tipos a largo plazo en Estados Unidos que en la eurozona.
"Los rendimientos del tesoro a largo plazo de EE.UU. aumentarán a lo largo de 2021 hasta un promedio del 1,8% en 2022. Sin embargo, la Reserva Federal dirigirá la curva de tipos para evitar que suba demasiado. Además, las tasas a corto plazo deben permanecer bajas. El banco central de Estados Unidos no sólo ha anunciado que intentará alcanzar un objetivo de inflación del 2% a corto plazo, sino que también esperamos una orientación más explícita a futuro como resultado del control de la curva de rendimiento del tesoro a tres años (control de la curva de rendimiento). Al mismo tiempo, el aumento de las compras de activos por parte del Banco Central Europeo podría pesar sobre el euro a principios de 2021. Sin embargo, si el despliegue de la vacuna se produjera más rápida y eficazmente de lo previsto, sería una noticia especialmente buena para la eurozona, cuya economía se ha visto más afectada por los confinamientos y las restricciones de movilidad".
A largo plazo, Mathilde Lemoine destaca el riesgo de que se reduzcan las oportunidades de empleo y se amplíe la desigualdad tras el cierre de escuelas y universidades, entre otras cosas. Los inversores se preocupan más por el terreno fiscal, con los gobiernos muy tentados a presionar a los bancos centrales que por la deuda, según la Dra. Lemoine.