En el caso del departamento financiero, estamos ante una oportunidad para su desarrollo o para acelerar el que ya estaba experimentando. Los CFO deben estar preparados para la incertidumbre y para planificar continuamente, comprendiendo y afrontando plenamente los riesgos y mitigar su impacto en la corporación. La clave está en la planificación continua: el mundo puede cambiar de forma rápida e imprevista. Las empresas, los CFO y sus equipos tienen que asumir un escenario de trabajo continuamente cambiante y deben adoptar un método en el que flexibilizar y adaptar el modelo de trabajo a esta nueva realidad.
Desde Workday hemos seleccionado las cuatro áreas clave para los CFO a la hora de afrontar la situación:
Durante el confinamiento, muchas empresas comenzaron a trabajar de forma remota; algo que supone un impacto enorme en algunos departamentos como el financiero, que en algunas ocasiones todavía depende de documentación físicay soluciones de software tradicionales, que no cuentan con las ventajas en cuanto a flexibilidad de los entornos cloud. En estos casos, se pone de manifiesto las ventajas de contar con soluciones en la nube que permitan trabajar a distancia de forma rápida, con todas las garantías y, también, de forma sencilla sin depender de grandes despliegues por parte del departamento de IT.
En un contexto cambiante como el actual, es difícil prever con precisión los resultados específicos de ingresos y gastos, lo cual aumenta la necesidad de una planificación empresarial dinámica y continua en lugar de los tradicionales ciclos de planificación trimestrales o anuales. Por ello, es necesario contar con un sistema adecuado que permita estimar previsiones en base a datos en tiempo real y así controlar todos activos disponibles, al mismo tiempo que nos permite adaptarnos a las medidas legislativas vigentes. Tener la capacidad de planificar de forma dinámica significa responder a los cambios de una manera eficaz, eficiente y ágil, y así comprender mejor el impacto en los ingresos y los gastos finales.
La necesidad de ser transparentes se agudiza y ahora mismo la mayoría de los directivos de las grandes empresas perciben que el acceso a los datos dentro de su organización es muy difícil o casi imposible. Es fundamental que las empresas puedan dar acceso a los datos financieros, de personal y operativos de forma conjunta. En el caso del departamento de finanzas, significaría tener la capacidad de compartir conocimientos con la empresa en general y, lo que es más importante, alentar a esos interesados a adoptar medidas basadas en esos datos.
Con los empleados trabajando desde casa, ha sido necesario considerar nuevas formas de seguir prestando servicios fundamentales, lo que plantea cuestiones en torno a los procesos y controles necesarios para el trabajo a distancia y también acerca de los riesgos asociados a la realización de “tareas financieras habituales” fuera de la oficina. Ahora, los profesionales de las finanzas están explorando nuevas soluciones tecnológicas basadas en entornos cloud para empresas, como el aprendizaje automático, identificando patrones y planteando recomendaciones que antes habrían requerido una intervención manual.
A raíz de la crisis del coronavirus, con el impulso mundial por la automatización y la capacidad tecnológica existente, las finanzas deben tratar de transformarse, y esto debería verse como una gran oportunidad, y desarrollar las aptitudes de su fuerza de trabajo actual para beneficiarse de las tecnologías emergentes. Ahora es el momento óptimo para impulsar esta transformación. También nos encontramos ante unos consumidores que demandan a las empresas integridad en la forma en que tratan a sus empleados, a sus clientes y al medio ambiente. Como respuesta, a menudo las empresas hacen cambios internos audaces y se comprometen a operar de manera diferente; pero se trata de ser abierto, transparente y capaz de satisfacer las necesidades cambiantes de los clientes.