Bajo el capó, este SUV de alta gama combina un motor turbo de gasolina de 1,6 litros y dos propulsores eléctricos, que ofrecen una potencia conjunta de 300 CV. Su consumo de combustible combinado es de 1,3-1,4 l/100 km y las emisiones de CO2 de 29-32 g/km. Puede alcanzar una velocidad máxima de 135 km/h. Ofrece sus prestaciones a través de cuatro modos de conducción, entre los que destaca el modo “Tracción Total” que, al recurrir al impulso simultáneo de las ruedas delanteras y traseras, asegura una máxima adherencia y motricidad en superficies complicadas como la nieve o el hielo, incluso si se circula sólo con los motores eléctricos.
Así mismo, el Opel Grandland X Hybrid4 también dispone del modo “Híbrido”, pensado para optimizar el consumo de combustible del vehículo, el modo “Eléctrico” y el modo “Sport”, que combina la potencia del motor de combustión y de los eléctricos para lograr un estilo de conducción que saca el máximo partido de ambas tecnologías. Todo ello se completa con el sistema “e-Save”, que permite almacenar energía eléctrica en la batería de alto voltaje para su uso posterior, por ejemplo, para conducir en zonas restringidas a vehículos eléctricos, y con la frenada regenerativa, que aumenta la autonomía eléctrica al aprovechar la energía cinética generada en las desaceleraciones.
Además de la tracción total del Opel Grandland X Hybrid4, Opel ofrece en modelos como el Nuevo Opel Crossland o los Opel Combo Life y Cargo, Opel Vivaro, Vivaro-e, Zafira Life, Zafira-e la electrónica del sistema IntelliGrip®, que adapta inmediatamente la distribución del par motor a cada una de las ruedas delanteras y el ajuste del ESP a través de cinco modos de funcionamiento: normal, nieve, que garantiza la máxima adherencia posible, barro, arena y ESP off.