A la hora de despedir a un ser querido, lo que se busca es rendirle tributo e inmortalizar su legado en la mente de todas las personas que le conocían. Es preciso organizar un buen funeral, mediante el cual, se pueda conmemorar la vida de la persona y darle un último adiós como corresponda.
Hacer todos los arreglos para la ceremonia funeraria es una gran responsabilidad, especialmente para las personas cercanas al fallecido. La carga de emociones puede llegar a ser bastante intensa, sin embargo, inevitablemente habrá que "pensar en frío" durante la organización del funeral para que no se escape ningún detalle.
Es importante decidir si se quiere un servicio funerario con vistas del fallecido o con ataúd cerrado. En otros casos, se considera más adecuado la cremación de la persona. Sea como sea, también resulta necesario la colocación de una lápida en el cementerio, para poder tener un recordatorio de la vida de la persona.
Rendir tributo al fallecido
Organizar un funeral no es tarea fácil, un momento tan confuso y doloroso como es la pérdida de un ser querido, puede llegar a cegar los sentidos, pero no hay por qué preocuparse. Lo que se debe buscar a la hora de hacer los arreglos, es honrar al fallecido, dar una buena despedida y cumplir sus deseos en relación con el funeral.
Un aspecto para comenzar es buscar si el fallecido dejó un testimonio en el que se indiquen los detalles sobre cómo deseaba su funeral. Algunas personas deciden por sí mismas dejar todo indicado sobre cómo debe organizarse todo, antes de que llegue el inevitable momento, en este caso sólo hay que ejecutar su petición.
Si la persona no dejó ninguna clase de documento de este tipo, la decisión quedará por parte del organizador. Es preciso consultar con la pareja o familiares de sangre del fallecido, sobre cuál sería el tipo de funeral ideal para el ser querido que los ha dejado.
Es importante también avisar a los invitados sobre la muerte de la persona, además de que se debe hacer una ceremonia. La cantidad de invitados dependerá del tipo de funeral que se quiera hacer (uno privado e íntimo, o uno más grande), y del círculo social del fallecido.
Se recomienda también el encargo de una lápida, para ponerla en el lugar del entierro una vez concluya la ceremonia. De esta manera, será posible permitir que el difunto tenga un recuerdo físico, de una forma única.
En este ámbito, empresas como Mármoles Écija se centran en la fabricación de lápidas personalizadas, con los mejores materiales del sector. Con ellos es posible colocar un grabado con la inscripción deseada, siendo una gran manera de rendir tributo al fallecido y permitir que pueda dejar un legado.
Es indispensable que la lápida represente al fallecido y a su personalidad, esto aplica tanto para el diseño como para la inscripción que se deba hacer en el monumento. Además, es importante procurar que los materiales sean resistentes, para que la tumba pueda perdurar con el paso del tiempo. Estos aspectos se pueden cumplir de manera eficiente de la mano de Mármoles Écija.
También se debe tener en cuenta la exhibición floral durante el funeral, ya que es una tradición que se suele llevar durante casi todos los tipos de ceremonias, por lo que para muchos es una parte esencial dentro del evento.