Es el caso del CX Diésel, presentado en 1975 y que era el resultado de combinar el motor de gasoil de 2,2 litros del nuevo furgón C35 con el sofisticado chasis del CX, capaz de eliminar las vibraciones gracias a su sistema de suspensión y a la unión de la carrocería al chasis mediante silent blocks. Este coche se convirtió en un auténtico best-seller a lo largo de las décadas de 1970 y 1980 y se mantuvo durante una década como el coche con motor diésel más veloz del mercado.
CITROËN LN
Por lo que respecta a las cilindradas más modestas, con cifras a la baja desde hacía algunos años (no hay que olvidar que el 2 CV llevaba a la venta desde el lejano 1948) la empresa estaba explorando nuevos caminos que llevaron al nacimiento, en 1977, de un coche como el LN, síntesis del know-how de la marca y con motores sencillos, económicos y fáciles de mantener. Equipado con el bicilíndrico del Dyane, el Citroën LN tuvo una gran acogida en el mercado de los coches urbanos gracias a su tamaño muy compacto y a su economía de uso. Pero ese lanzamiento no se llevó a cabo hasta 1977 después del lógico desarrollo del modelo y del proceso de industrialización. Mientras tanto, el objetivo de la marca era aumentar las ventas de los bicilíndricos clásicos como el 2CV y el más reciente Dyane.
UNA PROPUESTA MODERNA Y DIFERENTE
Una solución para ello llegó de la mano de Serge Gevin, pintor, artista y decorador “descubierto” por Robert Delpire, el publicista de Citroën de la época, y que ya había diseñado para la marca algunos de los stands de diferentes salones del automóvil. Formando equipo con su mujer Micheline, Serge Gevin trabajó en dos decoraciones alternativas para el 2CV, con colores llamativos y una orientación clara hacia el público juvenil: una era un homenaje a la Belle Époque y a los tiempos de André Citroën, en colores amarillo y negro, como los del 5 HP de la época; la otra, completamente diferente, era blanca y naranja, de un tono particular llamado Orange Ténéré, que había sido lanzado hacía poco tiempo en la gama convencional de Citroën y sabiamente utilizado para decorar la carrocería y el habitáculo de la propuesta, que Micheline Gevin sugirió llamar “transat” (que en francés significa tumbona).
PRIMERA SERIE LIMITADA
La segunda idea, la de color blanco y naranja, sedujo mucho más que la primera y se aprobó la realización de una serie limitada (la primera en la historia de Citroën) de 1.800 unidades. El primer desafío al que se enfrentaron fue la producción: un constructor acostumbrado a fabricar unos 100.000 2CV anuales (algunos más incluso en los mejores años) tenía dificultades para integrar en la línea de montaje unidades “especiales” con accesorios específicos y, sobre todo, un proceso de pintura diferente en su fase de producción. Se tomó entonces la decisión de concentrar la producción de la serie especial en la que fuera la primera fábrica del 2CV, la planta parisina de Levallois, donde las manos expertas de algunos artesanos se combinaron durante años con la tecnología para llevar a cabo la realización de numerosas unidades únicas.
Un segundo desafío fue la elección del nombre ya que “Transat” estaba ya registrado en Francia, el coche fue rebautizado como “Spot”, que, además, coincidía con la abreviación de “Special Orange Ténéré.”
2CV SPOT
El coche elegido como base fue el clásico 2CV4, con motor de 435 c.c. (aunque en algunos mercados se vendió también con la base del 2CV6), y en el acabado más lujoso, llamado “Club”, con la instrumentación “de lujo” del AMI6, el elegante volante en resina de Quillery, un tapizado interior en tejido naranja y paneles de puerta muy llamativos, a rayas blancas y naranjas, igual que el pequeño toldo que protegía del sol una vez que se abría la capota del techo y que era específico de este modelo. El primer prototipo, que acabó siendo el definitivo, se llevó a Normandía para una sesión de fotos en enero de 1976, y en marzo del mismo año se publicaron los materiales publicitarios para los concesionarios.
El 27 de marzo de 1976, se realizó la presentación en primicia del 2CV Spot dentro de un evento excepcional: centenares de Traction Avant, B14, Rosalie, 5 y 10 HP “sitiaron” la fábrica Citroën del muelle de Javel (llamado desde entonces André Citroën) en el centro de París: era el Club Citroën que celebraba, con una pacífica invasión, la desaparición del antiguo corazón de la marca que, una vez trasladada la producción a la nueva planta de Aulney, estaba preparado para su demolición y su conversión en el actual Parque André Citroën.
Dentro de la gran sala de entregas, el espacio acristalado donde los coches producidos se revisaban por última vez antes de ser enviados a los concesionarios, un 2CV Spot se mostró por primera vez ante los ojos de los fieles apasionados de la marca despertando un consenso que anticipaba la que sería posteriormente la reacción del gran público. Se eligió entonces y se anunció la fecha de lanzamiento: el fin de semana del 10 al 12 de abril en todos los concesionarios Citroën que, previamente, habían recibido una o dos unidades del 2CV Spot y una funda, evidentemente a rayas blancas y naranjas, para cubrirlo hasta el momento de mostrarlo al público.
1.200 coches de 1.800 estaban ya vendidos cuando en mayo terminó la producción. Los primeros se vendieron ya el viernes 9, cuando algunos concesionarios pudieron anticipar la presentación del modelo a algunos de sus clientes más fieles y los últimos, que no habían sido mostrados (se desencadenó una auténtica caza de Spot) se asignaron entre mayo y junio. 1.800 coches vendidos en pocas semanas eran la prueba evidente de que el 2CV, había pasado a convertirse en el “coche de las nuevas generaciones” y que tenía por delante un futuro todavía radiante. Serge Gevin, el autor del Spot, fue el principal responsable, junto a su mujer Micheline, de esta historia de éxito.