En anteriores ocasiones, las insolvencias siguieron aumentando entre las pymes de Estados Unidos hasta 12 o 18 meses después del pico de la recesión, pero en esta crisis, por su particular naturaleza, podría seguir un camino diferente y menos grave en lo que respecta a los impagos. En cualquier caso, el impacto del Covid-19 en Estados Unidos difiere de un sector a otro. Para la mayoría, no se espera una mejora del desempeño hasta que el número de casos activos disminuya significativamente. La velocidad de vacunación es inferior a la prevista, lo que sugiere que la recuperación para los sectores más afectados por el distanciamiento social podría retrasarse incluso hasta 2022. Mientras duren los efectos de la pandemia, las empresas con niveles reducidos de capacidad de endeudamiento, vencimientos de deuda cercanos y gastos fijos significativos, tienen probabilidades significativamente mayores de impago.
El sector minorista podría ver un incremento de sus tasas de impago en el primer y el segundo trimestre, con la excepción de algunos segmentos, como los minoristas online y los comercios especializados en la mejora de los hogares. Los sectores de hostelería, ocio y viajes presentan ya un alto riesgo de impago. Los sectores del entretenimiento, como bares, restaurantes, hostelería y teatros, que se han visto muy afectados por las medidas de confinamiento, serán los que más sufran. En el sector de los viajes, el cierre a la navegación de los cruceros y la importante caída de los viajes aéreos ha debilitado los balances. El sector energético también presenta riesgos, concentrados en una posible caída de los precios del petróleo desde sus niveles actuales. Las empresas que dependen de trabajadores con salario mínimo podrían ver afectada su estructura de costes ante la posibilidad de un aumento sustancial del salario mínimo federal.