En la presentación han participado representantes de ambas organizaciones. Por parte del COGITI, su presidente, José Antonio Galdón, y la coordinadora del Barómetro, Mónica Ramírez; y por parte del CGE, su presidente, Valentín Pich, y el director de la Cátedra EC- CGE y coordinador del Informe, Salvador Marín. En el acto también ha participado César Nicolás, representante de la Cátedra Internacional COGITI de Ingeniería y Política Industrial (UCAM).
Como ha explicado el presidente del COGITI, José Antonio Galdón, el Barómetro Industrial del COGITI –que también cuenta con la colaboración de la Fundación Caja de Ingenieros– es un estudio sociológico en el que, a través de las respuestas ofrecidas por cerca de 3.400 Ingenieros Técnicos Industriales y Graduados en Ingeniería de la rama industrial de todos los ámbitos productivos y de toda la geografía española, se valora la situación actual del sector en España. El Barómetro –ha señalado Galdón– “tiene por objeto ofrecer datos relevantes y que sean de interés en la toma de decisiones, tanto para los representantes del ámbito público como para el sector privado”.
Tras esta introducción, Mónica Ramírez ha presentado los resultados de este Barómetro Industrial 2020, cuyas principales conclusiones se exponen a continuación:
BARÓMETRO INDUSTRIAL 2020
Con respecto a la situación actual de la industria en España, la respuesta mayoritaria, aunque por muy poco margen, corresponde a la escala intermedia, con un 42,84%. Sin embargo, el 51,8% considera que es mala o muy mala (42,34% y 9,46% respectivamente), frente al 5,36% que opina que es buena o muy buena (5,27% y 0,09%). La percepción de los ingenieros es notablemente más negativa que en 2019: el 25,28% marcó las opciones de mala y muy mala (22,25% y 3,03%), un 56,23% optó por la intermedia, y un 18,49% consideraba que era buena o muy buena (17,94% y 0,55%).
En cuanto a la situación de la industria en sus respectivas regiones, el 54,22% de los ingenieros encuestados la califica como mala o muy mala (38,62% y 15,6% respectivamente), mientras que el 34,70% se decanta por el nivel intermedio, y tan solo el 11% restante considera que es buena o muy buena (10,69% y 0,39%). Estas respuestas son también más negativas que en 2019, cuando el 39% la consideraba mala o muy mala (29,62% y 9,37%), el 38% lo valoraba en un nivel intermedio, y el 23% de los ingenieros pensaba que dicha situación era buena o muy buena (20,87% y 2,18%).
Por otra parte, cabe destacar que, de nuevo, existe un cierto descontento con las Administraciones nacional y regionales, en lo que respecta a las medidas tomadas para desarrollar y fomentar el sector industrial. Un 67,15% considera que los incentivos a la industria promovidos en su región son insuficientes (un 38,59% opina que estas medidas son malas y un 28,56%, muy malas), y alcanza el 70,33% de descontento cuando se traslada esta misma pregunta al ámbito nacional (36,08%, malas, y 34,25%, muy malas). Estos datos reflejan una desconfianza todavía mayor que en 2019, cuando se obtuvieron unos porcentajes, del 56% (ámbito regional) y del 53,92% (ámbito nacional), respectivamente.
El Barómetro Industrial 2020 refleja también la valoración que realizan los trabajadores sobre la empresa donde trabajan. En líneas generales, casi el 62% de los trabajadores por cuenta ajena considera que su situación laboral es buena o muy buena (46,02% y 15,64%, respectivamente), frente a un 10% que la considera mala o muy mala (7,25% y 2,56%). Además, un 52% de los ingenieros encuestados opina que la crisis generada por la COVID-19 ha afectado a la situación económica de su empresa, mientras que un 41% considera que no lo ha hecho en gran medida, y un 7% no lo tiene claro, al responder NS/NC (no sabe/no contesta). Por su parte, un 67,71% ve bastante o muy probable la posibilidad de mantener su puesto de trabajo actual (44,29% y 23,42% respectivamente).
En el caso de los trabajadores por cuenta propia (empresario o autónomo), un 26,92% piensa que la situación económica actual de su empresa es buena o muy buena (23,31% y 3,61%), un porcentaje ligeramente superior a los que la consideran mala o muy mala, el 22,61% (17,25% y 5,36% respectivamente). La respuesta mayoritaria corresponde a la opción intermedia, con un 50,47% de las respuestas.
En relación a la evolución económica de su empresa en los próximos años, el 43,59% la sitúa en una escala intermedia, mientras que el 31,12% opina que será buena o muy buena (27,27% y 3,85%), y el 25,26 considera que será mala o muy mala (21,33% y 3,93%). En 2019, tan solo el 10,62% de los encuestados optaron por esta última respuesta, por lo que su visión en 2020 es considerablemente más pesimista, debido seguramente al panorama de crisis que ha provocado la pandemia del coronavirus.
Por otra parte, un 60% de los trabajadores por cuenta ajena ha indicado que su empresa no se ha tenido que someterse a ninguna situación de ERTE, mientas que el 38% ha manifestado que sí ha sido necesario. Además, el 78% ha tenido que teletrabajar en algún momento, y el 42% prevé seguir haciéndolo; el mismo porcentaje que cree que no seguirá en la modalidad de teletrabajo. Por su parte, un 16% no lo tiene claro.
Otro dato relevante es el hecho de que el 75% de los trabajadores por cuenta propia cree que, a pesar de las dificultades actuales, mantendrá el número de empleados de su empresa, frente a un 15% que considera que la tendencia será a disminuir y tan solo un 10% piensa que realizará nuevas contrataciones. Asimismo, el 73% señala que no ha tenido que prescindir de ninguno de sus trabajadores, mientras que el 9% aboga por la respuesta afirmativa. El resto, 18%, no lo ha dejado claro, al marcar la opción ns/nc.
Por su parte, el 71% indica que no ha sido necesario acogerse a ninguna situación de ERTE, mientras que el 14% manifiesta lo contrario. El 15% restante ha preferido marcar la opción de ns/nc.
A la pregunta de si ha tenido que prescindir de alguno de sus trabajadores por la situación de crisis sanitaria generada por la COVID-19, la gran mayoría, el 73%, ha señalado que no, frente a un 9% que ha contestado afirmativamente, y un 18% ns/nc.
Por último, el 44% de los trabajadores por cuenta propia señala que el presupuesto de su empresa para el año 2021 se reducirá un 30%; un 23% cree que se mantendrá igual que lo previsto o que mejorará; y un 8% considera que perderá más del 50% para compensar la cuenta de resultados. El 12% opina que se reducirá en un 10% y el 3% restante que lo hará en un 5%.
Por otra parte, en el bloque de los desempleados, el 30% reconoce haber perdido su trabajo a causa de la crisis generada por la COVID-19, frente un 64% que indica que no ha sido por dicho motivo, y un 6% no lo tiene del todo claro.
Preguntados por el impacto que tendrá la crisis del coronavirus en el ámbito industrial para los próximos meses, algo más de la mitad de los ingenieros encuestados, el 56%, cree que dicho sector se va a reducir entre el 5 y el 25%. Por su parte, otro amplio 30% opina que se reducirá en más de un 30%. Las demás opiniones, aunque minoritarias, nos indican que un 7% piensa que no variará, un 5% que aumentará entre el 5% y el 25% y, por último, un 2% que aumentará en más del 30%
A la hora de considerar la modalidad de trabajo como una buena opción y valorar si las empresas en la actualidad están preparadas para obtener el mismo rendimiento, la mayoría de los ingenieros sondeados opina que no, con un amplio 84%. Tan solo el 12% cree que sí, y un 4% se mantiene al margen.
A los encuestados se les ha preguntado cómo valoran la utilización de leyes impositivas en algunas industrias para combatir la escasez de recursos frente a la COVID-19. La respuesta mayoritaria es la intermedia (36,98%), seguido de las respuestas negativas (33,74% mala y 19,49% muy mala). En la otra parte se situaría el 9,79%, correspondientes a buena y muy buena (7,84% y 1,95%, respectivamente).
En la encuesta del Barómetro Industrial se les pedía que calificasen las medidas contenidas en el Plan de recuperación, transformación y resiliencia de la economía española –una especie de hoja de ruta para acceder a los 140.000 millones de fondos europeos asignados a España– en relación con la necesaria apuesta por la industria de nuestro país. En este sentido, los ingenieros se decantan por la opción intermedia (36,83%), seguida de cerca de la opinión de bastante mala (33,17%) y de muy mala (18,41%). Tan solo el 11,59% de los sondeados cree que estas medidas son positivas.
En relación con la pregunta anterior, se ha peguntado a los encuestados si consideran necesario que el Gobierno de la Nación ponga en marcha un Plan de transformación industrial, para que las empresas e industrias puedan adaptarse a las nuevas necesidades productivas que surjan en la sociedad. Más del 90% ha marcado la opción afirmativa (sí es necesario llevar a cabo dicho plan). Tan solo el 5% aboga por la respuesta negativa, y un 4% se queda con la opción de no sabe/ no contesta.
Más del 80% de los ingenieros encuestados piensa que es necesario que el Gobierno cree la “Mesa de la Industria” para definir y hacer un seguimiento de qué proyectos industriales deberían apoyarse con los fondos europeos. Esta Mesa estaría formada por todos los representantes de la misma (COGITI, patronal, CCAA, Economistas, profesionales y empresas).
Uno de los principales objetivos que las organizaciones, empresas y gobiernos se plantean en la sociedad actual es incluir la ética y la deontología profesional en los algoritmos que rigen la inteligencia artificial. Preguntados los ingenieros encuestados si piensan que se debe priorizar la ética y la deontología profesional por encima del progreso tecnológico en caso de conflicto de intereses, una amplia mayoría (65,03%) lo cree necesario en gran medida, seguidos de un 27,84% que se decanta por la opción intermedia, y tan solo un 6,13 % considera que no se debería priorizar.
A modo de RESUMEN, el presidente del COGITI, José Antonio Galdón, ha señalado que “estamos ante un momento trascendental para la modernización y mejora de la competitividad de nuestro tejido industrial, y que por tanto se debe elegir muy bien, y gestionar mejor, el uso de los fondos de recuperación, para que realmente consigan dinamizar el sector y por tanto la economía y el empleo. Siendo ambiciosos y confiando en nuestras posibilidades, un 30% de peso en el PIB para 2030 sería alcanzable si fuésemos capaces de creérnoslo y apostar fuertemente por ello, desde la unidad de acción y las políticas estables que generen confianza inversora”.
A lo que Galdón ha añadido que “es muy significativo que cerca de un 90% de los ingenieros encuestados consideren que es muy necesario crear una Mesa de la Industria, con todos los agentes que intervienen en la misma, para definir y hacer un seguimiento de los proyectos que deberían apoyarse con parte de los fondos europeos, lo que elevamos como propuesta y desde este momento nos ofrecemos, junto al CGE, a formar parte de ella”.
Tras la presentación de los resultados del Barómetro Industrial, han intervenido Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España, y Salvador Marín, director de la Cátedra Economistas Contables del CGE, quienes han resumido los principales aspectos recogidos en el informe titulado “Una perspectiva económica de la situación de la industria en España: actualización 2020”, elaborado por el Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas, y que se incluye en esta edición del Barómetro.
INFORME CGE: UNA PERSPECTIVA ECONÓMICA DE LA SITUACIÓN DE LA INDUSTRIA EN ESPAÑA
En el informe elaborado por el Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas (Catedra EC-CGE) se han destacado los siguientes aspectos:
Peso de la Industria en España
Comparativa europea
La industria en las CCAA
A la vista de estos datos, el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, ha señalado que “si bien en la actualización del análisis de la situación de la industria en España que hemos realizado, utilizando la última serie de datos oficiales disponible –adicional a la encuesta del Barómetro–, aún no se reflejan al cien por cien los efectos de la Covid-19, sí que es cierto que se verán con claridad próximamente, y que su duración y calado dependerán de las medidas que se adopten, teniendo muy en cuenta cómo se utilicen los fondos europeos destinados a ello, si se aprovechan o no para generar economías de escala y con un efecto tractor que financie reformas estructurales y actuaciones pendientes necesarias para la modernización de la industria española, así como de los otros sectores productivos”. “En cuanto antes conozcamos qué proyectos concretos van a poder ser financiados, más rápidamente se podrá actuar para implicar en ellos a las empresas industriales, sobre todo a las pymes; ahí va a estar la clave”, ha señalado Pich.
Por su parte, el director de la Cátedra EC-Consejo General de Economistas y coordinador de este informe, Salvador Marín, ha destacado que “si ya partíamos de una serie de retos pendientes, la actualización realizada en este informe nos ha vuelto a poner de manifiesto que aunque en España todas las regiones comparten la misma causa de la crisis citada, y en todas habrá consecuencias negativas, el impacto final total de la COVID-19 dependerá –al igual que ocurre a nivel nacional cuando comparas con sus homólogos europeos– de la situación económica de partida, de la especialización sectorial y de la propia gestión, ya que determinadas actividades económicas tienen una mayor sensibilidad a las medidas de restricción y confinamiento, incluso dentro del mismo sector industrial, así como por la diferente posición de partida en innovación, digitalización, educación o infraestructuras, entre otras. Por tanto, la necesidad de una adecuada política industrial, que se destacaba como conclusión en el barómetro industrial del año pasado, sigue estando plenamente vigente. Las cifras que hemos analizado son frías y tozudas; teníamos y tenemos una situación alejada del objetivo establecido por la Comisión Europea, que debía y debe solucionarse con una serie de reformas estructurales de calado que permitan a la industria cumplir con este objetivo; por tanto es ahora y aquí –con la oportunidad que nos brinda Europa con los fondos Next Generation EU– cuando se debe apostar por ello, con transparencia y adecuada gobernanza”.
En este informe también han participado, junto a Salvador Marín, los miembros de la Cátedra EC-CGE, Francisco Javier Martínez (Universidad de Cantabria) y Esther Ortiz y José Manuel Santos (Universidad de Murcia).