A muy corto plazo, con los reembolsos de préstamos postergados al menos un año en la mayoría de los países europeos, es probable que el exceso de efectivo de la CNF se utilice para reembolsar los aplazamientos fiscales y financiar las necesidades adicionales de capital circulante. De ahí que los mayores riesgos al alza de la recuperación de la inversión los encontremos en Francia, Reino Unido, Italia y Alemania. Durante las fases de recuperación, cuando las empresas reconstruyen sus inventarios y es probable que se relaje la disciplina de pagos, el capital circulantetiende a aumentar. Este fue el caso en 2010 (+2 días de media en Europa Occidental) y en 2017 (+1 día). Teniendo en cuenta un aumento de 2 días en 2021, se necesitaría una financiación adicional de 6.600 millones de euros en Alemania; 4.000 millones de euros en Francia; 3.800 millones de libras en el Reino Unido; 3.200 millones de euros en Italia; 2.000 millones de euros en España; 1.000 millones de euros en los Países Bajos; y 800 millones de euros en Bélgica. Si añadimos a esto los aplazamientos fiscales a partir de 2020, encontramos las mayores reservas de efectivo para las empresas en Francia (113.000 millones de euros o más del 8% del PIB), el Reino Unido (111.000 millones de libras o más del 6% del PIB), Italia (62.000 millones de euros o más del 5% del PIB) y Alemania (31.000 millones de euros o el 3% del PIB).
Salir de la crisis del COVID-19 será clave para recuperar la confianza y transformar este exceso de dinero en inversión. Pero hasta que esto ocurra, la rentabilidad de las medidas de apoyo estatal sigue siendo una incógnita.