La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, afirmó este lunes que el emisor europeo sigue de cerca la evolución del rendimiento nominal de los bonos soberanos a largo plazo para verificar si las condiciones de financiación en la economía de la eurozona siguen siendo favorables. En los últimos días se ha producido una subida de los intereses exigidos a la deuda pública, tanto en Europa como en EE. UU., consecuencia de una mejora en las expectativas de recuperación de la economía global tras la pandemia y un posible repunte de la inflación avivado por las políticas monetarias expansivas actuales.
Recientemente el rendimiento del bono español a 10 años se ha situado cerca del 0,38%, su nivel más elevado desde septiembre 2020. Mientras, el rendimiento del bono alemán a 10 años se ha situado en el -0,30% y el americano en el 1,37%. Y uno de los elementos que está alimentando las expectativas de inflación es el comportamiento de las materias primas. Con el inicio de la pandemia global en marzo de 2020, los precios de las materias primas (al igual que muchos otros sectores) se vieron fuertemente golpeados.
Desde los mínimos vistos en primavera, los principales índices de materias primas se han revalorizado considerablemente. Pero dentro del universo de las materias primas, el cobre está siendo el protagonista en las últimas semanas. El precio del cobre se revalorizó en 2020 un 25% y en lo que va de año ha subido otro 13%. Desde sus mínimos de marzo de 2020 se ha apreciado casi un 90% alcanzando niveles no vistos desde el año 2011. El papel del cobre es fundamental en la transición hacia una energía sostenible. Desde la generación de electricidad a través de las renovables, como su infraestructura de transmisión y almacenamiento hasta su consumo, se requiere de cobre.