Además, la pandemia modificó la oferta de trabajo. Muchas personas no buscan trabajo, por elección o por obligación. En primer lugar, si se ha cerrado su esfera de actividad. En segundo lugar, si el cierre de las escuelas les ha obligado a dejar la mano de obra para cuidar de sus hijos. Por último, y algo menos frecuente, si los subsidios y las ayudas económicas superan sus niveles salariales anteriores. En definitiva, la tasa de paro oficial (6,3%) está probablemente muy subestimada. Según los cálculos realizados en la Fed, Jerome Powell mencionó recientemente un nivel cercano al 10%. El mercado laboral describe una economía de dos velocidades. Algunos sectores, como la hostelería, la restauración, las actividades de ocio, los servicios personales y el sector educativo, representan dos tercios de los puestos de trabajo que faltan.
En estos sectores, la caída del empleo es del 17%. En el resto de la economía, el descenso es del 3%, lo que da una aproximación aceptable a la reducción de la oferta de trabajo tras la pandemia. La tendencia futura del desempleo reflejará sobre todo la normalización de los sectores más afectados a medida que se desarrolle la campaña de vacunación. ¿Qué proyecciones de empleo podemos hacer? Suponiendo que las discrepancias entre los sectores desaparezcan a finales de 2021 y que la oferta de mano de obra vuelva más o menos a la normalidad (reapertura de las escuelas, fin de las ayudas financieras excepcionales), esto implicaría un aumento del empleo de 760k al mes en 2021.
La tasa de desempleo alternativa bajaría del 10% al 5%. En los sectores más afectados, en los que las cualificaciones suelen ser limitadas, la proporción de empleados que los empresarios están dispuestos a retirar inmediatamente (estos trabajadores se clasifican como en situación de despido) es menor que en el resto de la economía (cuadro a la derecha). La recuperación de la creación de empleo podría ralentizarse en consecuencia. Un aumento mensual del empleo de 500.000 personas reduciría la tasa de desempleo alternativa a sólo el 7%, es decir, el doble del nivel anterior a la pandemia. En estas condiciones, es comprensible que la Fed se muestre relativamente despreocupada por el riesgo de sobrecalentamiento mencionado en algunos sectores.