Detrás del proyecto hay una barcelonesa que ha vivido 4 años en París. Desde allí puso en marcha este proyecto que le ha permitido volver a su Barcelona natal, Nadia Calbo quería poner fin a todo lo que echaba tanto de menos desde Francia: productos básicos que consumimos casi a diario pero que en otros países son imposibles de encontrar. En pleno confinamiento le dio forma a este proyecto internacional y en verano ya estaba enviando pedidos a Reino Unido, Francia y Alemania. Desde entonces su proyecto está en pleno crecimiento y ya está presente en 20 países; los últimos en incorporarse han sido Reino Unido, que paró unos meses su actividad debido al Brexit, y Suiza.
“Hasta que salimos, no somos conscientes de cuántos productos tenemos en nuestra despensa que no se comercializan en otros países. Siempre se habla de tópicos como el jamón o el aceite de oliva pero hay muchos más, desde embutidos en general hasta conservas pasando por dulces y snacks salados. Además de productos de limpieza, higiene, bebidas… Nuestro primer objetivo era llegar a aquellos países donde hay más expatriados pero, tras lanzarnos al mercado, nos hemos dado cuenta de que somos un país de emigrantes y podemos extendernos mucho más; así que hemos expandido nuestros objetivos e incluso estamos estudiando llegar a Estados Unidos y Canadá”, explica Nadia Calbo, CEO de Expat Market.
El perfil de clientes de este ecommerce internacional son principalmente españoles de entre 25 y 45 años que viven fuera por motivos laborales, principalmente profesionales con títulos universitarios que buscan nuevas oportunidades y condiciones de trabajo. En su mayoría llevan ya varios años residiendo fuera y están asentados en el país de acogida. Sus cestas de la compra incluyen básicos como aceite de oliva, embutidos y conservas pero también condimentos para cocinar como especias, el Avecrem de Gallina Blanca o tomate frito Orlando o Solis.
“Buscan sus marcas de toda la vida, aquellas con la que crecieron y en las que confían. Incluso en muchos casos tienen hijos y quieren transmitirles a ellos esos sabores y tradiciones de su infancia. De ahí que también sean demandados productos como Tosta Ricas, Cola Cao o Donuts. Los pedidos a veces son en grupo, se juntan varios para ahorrar en gastos de envío”, asegura Calbo.
Los gastos de envío varían según el pedido y el país de destino pero siempre pensando en premiar al expatriado ya que el objetivo del proyecto es curar la nostalgia. De hecho, en los países de Europa Occidental los envíos son gratis para compras superiores a 100 euros. Asimismo, todos los productos tienen precios muy ajustados y parecidos a los que podemos encontrar en cualquier supermercado o hipermercado, incluso el Cola Cao, top10 en nostalgia, tiene un margen cero. Junto a Nadia hay un equipo de expatriados, todos muy sensibilizados con la misión y que quieren premiar a aquellos que salieron a buscar un futuro mejor como hicieron ellos.
Con esta propuesta emprendedora, Nadia Calbo pretende curar la nostalgia que todos los expatriados sienten al abrir la despensa de su país de acogida.