A través del renting, los clientes pueden acceder a vehículos eléctricos, híbridos, propulsados por combustibles alternativos o con motores más eficientes, sin la necesidad de realizar un desembolso económico importante. Ello ha propiciado la popularización de esta fórmula de movilidad, ya no solo en el ámbito empresarial, sino también a nivel particular; un hecho que ha contribuido a la exploración de nuevos servicios y nuevas vías de movilidad más acordes a las necesidades y demandas de la sociedad.
Prueba de ello es la progresiva instauración de un modelo de movilidad de pago por uso que permite cubrir las necesidades de movilidad de varias personas con un solo automóvil. Se trata de una revolución sin precedentes que antepone los conceptos de usabilidad y adaptabilidad frente al de propiedad. En efecto, el pago por uso, que funciona a través de una app que reserva los trayectos, permite disfrutar de un vehículo solo cuando se necesita. Asimismo, la mayoría de las compañías que ofrecen este servicio lo hacen con coches eléctricos o híbridos, y esto garantiza un aire más limpio y su uso redunda directamente en el cuidado del medioambiente al disminuir las emisiones de CO2, además de reducir costes de movilidad de usuarios y empresas.
Es evidente que los hábitos y las tendencias del nuevo escenario consagran al renting como una apuesta de presente y una opción de futuro. Como agente activo del cambio, además de la implementación de servicios encaminados en esta dirección, las compañías de renting trabajan activamente en la investigación y en nuevas alianzas que aceleren los cambios. Aunque el impulso del sector privado es importante, es fundamental que las empresas aporten su experiencia a las administraciones y vayan de la mano de las políticas nacionales y europeas al respecto. En este sentido, la industria del renting trabaja activamente para analizar las oportunidades que se generarán con la próxima Ley de Cambio Climático y Transición Energética, y estudian los retos que supone el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 en lo que a la instauración de la movilidad inteligente y sostenible se refiere.
Parece claro que la hoja de ruta de nuestra sociedad en los próximos años viene marcada por la necesidad de reducir la huella ecológica e incrementar el cuidado del medio ambiente; más aún en el sector de la automoción, donde la sostenibilidad que viene está ligada a una electromovilidad inteligente, en la que seguridad, tecnología y compromiso ecológico se posicionan como el abc de la conducción eficiente. Todos los pasos en este sentido se encaminan en la misma dirección, y todos los caminos para afrontar el reto de la movilidad en nuestro tiempo pasan por el renting.